domingo, 25 de agosto de 2013

Reina Blanca

En estos días de abuelitez tupida… veo las personalidades, los cuerpos, las caras diferentes de mis nietos y me fascina… Es la diversidad de entrecasa
En mi propio físico y en mi idiosincrasia noto la herencia hispánica, indígena, yugoslava y francesa… ¿cómo soy una sola persona? ¡no lo sé! Hablo español por el espíritu aventurero de mis abuelos y el hambre europea de principio de siglo, hablo ingles por mi propio espíritu aventurero y el hambre argentino de fin de siglo…
Mis nietos hablan inglés y algo de español con acento. Mis nietas hablan inglés y francés, un mínimo de español…

Fuimos a caminar al lago que está frente al castillo de la Reina Blanca, Blanca era el nombre ‘Blanche’ (no el color y nada que ver con la Alicia)… una pobre mujer que debió someterse a negociaciones de las que la curia y los reyes hacían en ese momento… una reina era casi una esclava sexual que ‘convenía’ a los reyes y al papado… pero este entuerto salió mal y la reina ‘Blanca’ (viuda) que no tenía ningunas ganas de volver a casarse terminó en Castilla siendo la esposa –sin ningún amor mutuo- del rey y motivo de las guerras intestinas. Fue abandonada por su esposo que amaba a otra y, tal vez, asesinada por órdenes del Rey de Castilla, su consorte.
A mí la historia me recuerda otra mucho más reciente…
El caso es que ese castillo fue morada de varios de sus sobrinos que murieron a poco de llegar y nadie más lo quiso habitar… dicen que está encantado.
Parece que en 1957 Alfred Astaire y Adruey Herpburn fueron protagonistas de Funny face y unas escenas se filmaron en ese Castillo. Esto lo puso un poco de moda, pero no lo suficiente como para mantenerlo y hacer algo con él. Es un misterio bien guardado. Y extraño, ya que es muy común, en Europa y especialmente Francia, rentarlos para casamientos y fiestas.

Lo hermoso del paseo es un gran lago y sus patos. Algunos paseantes llevan cañas de pesca, pero no vi ni un pececillo en sus cestas. Caminamos mucho y me agradaron los lugarcitos para tirarse a descansar o a comer, a tomar sombra o sol, según el ánimo. Hay una hostería para comer algo frugal o tomar café y refrescos. Sé que volveré, más equipada.

Por hoy disfrute la caminata con mis princesas y príncipes. Mucho más pobres, menos encumbrados, pero más libres y felices que los de la realeza.


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