domingo, 30 de abril de 2017

Mi ventana y el árbol

  Es un lugar muy pequeño, lo tengo frente a la ventana, sólo un árbol centenario y un parquecito.

  Mi ventana sabe todos sus misterios, conversan a diario y se cuentan historias de quién sabe qué…

  Hubo una vez, hace mucho, en que mi vieja ventana susurró un secreto: el árbol fue trasplantado por un marinero que llegó desde el País de Nunca Jamás…

  Llegó como gajo de un árbol ya viejo en aquel país donde ningún ser viviente es anciano, antes de ser árbol ya traía un saber diferente a cualquiera en su especie. 

  Creo que mi ventana es afortunada de tenerlo como amigo, compañero, no solo le da sombra, ambos comparten historias y puntos de vistas complementarios. No es lo mismo ver las cosas como ventana que como árbol.

  Es por eso que, cuando nos alejamos con aquel antiguo amor, me senté frente a mi ventana y les conté a ambos nuestra historia. Ellos la resguardarán hasta el fin de los tiempos, mi ventana la mantiene fresca y ventilada, el árbol la cuida como un tesoro y la preservará siempre joven como si fuera otra historia del País de Nunca Jamás.

  Por mi parte basta con pensarla, sentada junto a mi ventana, para rejuvenecer y regresar a aquel tiempo cuando la ilusión cosquilleó en mi piel.

                                                                Mónica Ivulich
                                                                 DR2017It
                                      

sábado, 15 de abril de 2017

Ventana española

Foto tomada en el Ateneu, 2016.
En mi ventana de hoy: España... que significa más que ciudades, tortillas de patatas, aceitunas, mucho más que buena comida y jaleo, fiestas por donde vayas y con cuanto motivo encuentres... que si no lo hay lo inventamos... Mucho más que ver la luna en la ventana de Barcelona o escuchar el mar de Almería...
No solo es tierra de antepasados y madre patria, mucho más
Es de donde heredo la poesía, de donde me llegó una ilusión sin destino fijo, es donde voy al encuentro de amigas entrañables y de la cultura que me atañe.
Es más que el color especial de Sevilla, la magia de Granada o el salero de Madrid...

Es donde recibos los abrazos más espontáneos y gritan mi nombre y me dicen "guapa" y "mujé" es una tierra de buenos brindis y risas amplias... que estar en España es como llegar a casa y oler lo que siempre recuerdas como aroma familiar. Y querer decir Olé..

Mónica Ivulich- 
DR2016BCN