jueves, 28 de julio de 2016

Ventana canina

Salgo a caminar con Lucy (la mascota canina de la casa) y, como siempre, miro ventanas, sueño historias, recuerdo sonrisas caducas, imagino futuros
De la red
como copos de azúcar…
Hoy no vamos al bosque sino al mercadito de la zona. Casi todos se han ido de vacaciones y habrá pocos puestos, pero es un cambio de rutina…

De pronto, me doy cuenta que Lucy no ha tomado el camino habitual hacia el bosque, ha seguido recto hacia la calle que nos lleva al mercado. ¿Es que me lee la mente? Viviendo en casa de brujas no me sorprendería…

Lucy es la amiga de todos en el barrio, cuando pasa, la gente y los perros la saludan. Quien la ve caminar tan ufana piensa que siempre fue así de feliz. Pero ella, como muchas de nosotras sufrió abuso, maltrato. De hecho, la encontraron golpeada y abandonada en el bosque. Tan golpeada que tiene un ojo con visión disminuida debido a uno de esos palazos.

La providencia quiso que yo impusiera tener un gato en la casa y así llegó Katy, cuando fuimos a vacunarla, registrarla etc., mi hija vio unos perritos diminutos y dijo que quería uno pero que su esposo no lo aceptaría, además eran caros. Entonces la secretaria del veterinario le ofreció a Lucy, le contó la triste historia y mi hija se compadeció de ella.

Así llegó esta mascota a casa, casi traída por las circunstancias y la gata, a la sazón un montón de pelo, huraña, que nos bufaba cuando nos veía y hoy una ternura peluda que le encanta estar en el jardín. El caso es que mi yerno también se enamoró de ella y todos los que la conocen adoran su ternura. Congenió con las nenas, conmigo (que no es fácil) y con la gata. Por las mañanas Lucy sabe cuándo Katy está esperando su comida y nos lleva hacia ella.

Pensando todo esto he llegado al mercadito, Lucy se sienta, obediente, para que le ponga su correa y la ate antes de entrar.
Creo que es una perra fantástica, amigas mías que la han conocido me preguntan por ella. Por eso, por ser nuestra guardiana, por ser parte de nuestra familia, Lucy se merece mi agradecimiento por estar tan integrada, mi amor a pesar de mis primeras resistencias, mi respeto cuando veo su tolerancia con los niños y mi admiración cuando hace gala de sus habilidades.  


Lucy 2015
Por todo eso es que le dedico esta ventana canina mientras ella me mira, recostada cerca de mis pies.
Mónica Ivulich
DR2016Fr

jueves, 21 de julio de 2016

VENTANAS DE PARÍS... OLALÁ

foto propia 2016
Hoy camino más lento que en el ayer, he cambiado metros por buses y pasear por una ciudad es un esfuerzo dada mi mala columna. Pero, lo sigo disfrutando, sobre todo si voy con alguien a quien me une el amor.

En este caso nos une el amor filial y el amor por París. Mi hija debe asistir a una reunión y la acompaño. 

Luego, le digo que quiero conozca la librería más antigua de libros en inglés que hay en Francia. La misma cambió de dueños, domicilio y hasta de nombre muchas veces desde 1919, cuando una norteamericana, después de vivir casi 20 años en París, vio que hacía falta un establecimiento con libros para lectores en inglés.

Pero, es más que una librería. El ambiente es cálido y con algo de bohemia intelectual. Centro cultural, biblioteca de usados, Sylvia Beach, su directora
foto propia 2016
en 1919, publicó Ulises cuando aun estaba prohibido y luego (1951) George Whitman lo convierte -además- en albergue temporario para quien lo necesite por una semana a cambio de ayuda en el negocio.


La historia es larguísima y el lugar sigue rezumando poesía, historia y amor por los libros. Nuestra visita de poco más de una hora bastó para que mi hija encontrara libros  para sus nenas y yo para mi hija…

Luego, dejando atrás hilachas de romanticismo y algo de melancolía, muy satisfechas por la visita, decidimos tener un almuerzo frugal a orillas del Sena, paseo frente a Notre Dame, sólo por fuera (muchos turistas haciendo cola), algunas ventanas en mi cámara… el sol en nuestras cabezas y el agradecimiento por un día especial.

Es que mirar por una ventana de París me llena de un sentimiento como de "volver" a donde fui feliz en ´otro momento´y que no sé explicar.

foto propia 2016
Mónica Ivulich. 
DR 2016Fr.

jueves, 14 de julio de 2016

Champs Elysées en mi ventana

Cada vez que voy a París me enamoro de la ciudad, una y otra vez. Creo que por eso no voy más a menudo, para evitar sobrecargarme, para deleitarme de a poco, descubrir nuevos lugarcitos, respirar sus olores y tomar sus colores en mi retina y mi lado estético del espíritu. La tengo a 20 min. por tren, pero voy cada tanto.
Ayer fue uno de esos días y para hacer mis trámites; que ser leona de dos mundos lleva sus trabajos, en fin.  J
Imagen de la red

El caso es que acomodé mi humor para esperar, para tratar con gente de plástico, robótica y salí temprano. Después de llegar en bus a la primer misión quise disfrutar de este medio de transporte el resto del día por lo que eliminé de mi mente los metros (subterráneos). Mi yerno me ayudó con los itinerarios y el clima soleado, fresco, presagiaba lo mejor.

Me encantó el paseo. Antes de la segunda cita tenía tiempo de sobra por lo que paseé frente a L´Opera área que me fascina y, cuando empezaba a tener hambre, apareció una pizzería americana, que es de la mejor en Francia (para mi) y allí fui. (Yammi o sea: riiiica).

La segunda cita fue más larga y un tanto estresante, súmese a esto que, mientras comía, llovió y quedó cierta humedad que uno absorbe en la piel y por la ropa para luego entrar en un recinto con poderoso aire acondicionado y sentir que se enfría de más… conclusión dolor de espalda para mí.

Aun así, al finalizar el tedioso trámite (hacer firmar al notario unos papeles que nunca terminaban de estar como le parecía que debían ser presentados) salí cansada y algo molesta, pero había cumplido la misión y quería caminar un poco por Champs Elysées. Pensé que recordar a Zaz era simpático y ayudaba a mejorar mi humor… y así fue.  (https://youtu.be/ObeDLFcceJ0)
Imagen de la red


Por toda consecuencia: una pastilla para el dolor y descanso recomendado. Oh París! Olalá… París bien vale un dolorsito…

jueves, 7 de julio de 2016

Mariposas por la ventana



Mientras leo… me sorprende la noche, en verano una no se da cuenta, hay luz y no sé por qué, pero hoy no tengo hambre. Comeré sólo un bocadito para no ir sin nada a la cama, ya.

Luego lavarse, cepillado de los dientes, calzarse el camisón (o no, hace calor y estoy sola) y leer un poco más antes que llegue el sueño.

Imagen de la red
¡Vaya! lo que llegan son esas mariposas que revolotean por el estómago... ¡qué molestas! ¿estaré soñando que me enamoré? pero, ¡si estoy despierta!

¡Oh no! es que ¡ahora llegó el apetito! Y. con él, un dilema: ¿Bajar a la cocina, ensuciar enseres, calentar comida y luego volver a guardar, a cepillarse dientes o aguantar hasta mañana?

No ¡no y no..! engaño al estómago diciéndole que es sed y, también, restos de un amor del pasado...

Que las mariposas vuelen por mi ventana y ¡a soñar que estoy en el restaurante! ...
¡Buenas noches mariposas!

Mónica Ivulich
DR2016Fr

sábado, 2 de julio de 2016

Sábado en mi ventana.

Aire limpio entra por mi ventana...
Tomada en Italia 2015 por M. Ivulich
Un sábado de sol y tiempo cálido, corre una brisa agradable y las niñas empiezan sus vacaciones. Les regalé libros en inglés para que no pierdan este idioma y las tres los han leído y están felices con los contenidos, me comentan la vida de Einstein Hellen Keller etc y al finalizar les pregunto: ¿Cuál es la lección que les dan estas historias? y, casi al unísono me dicen: "Nunca te rindas"
Ríen al ver mi cara de sorpresa... ¡cómo han crecido mis nenas!
Le cuentan a la madre que les mostré un video del Dr. Emoto y la variación que producen los sonidos en el agua y que somos 60% agua y que las palabras nos modifican, ahora la madre sonríe y está feliz con este descubrimiento de las chicas y de cómo ellas se interesan por algo científico y filosófico.

Hoy saldrán a ver a tío Max y sus primos. Están excitadas, tan alegres que contagian. ¡Qué bonito sábado entra por mi ventana!
Mónica Ivulich
DR2016Fr