miércoles, 30 de marzo de 2016

VENTANA de SOLEDAD

Estar sola y en Italia, tiene sus ventajas… hoy miro por una de sus ventanas y veo la vida de otro color… estar sola es como bucear en tus profundidades. Me gusta, sobretodo que estoy rodeada de gente que no habla como yo… a pesar de que mi horrible italiano me sirve para hacer algunas relaciones nuevas, en general, estoy sin mucha comunicación
Italia siempre me fue amable, fácil, alegre, gentil… y así me siento, tengo un agradecimiento hacia esta bella tierra, aunque en mis venas no corre ni un globulito de sangre italiana…
Estar sola es un regalo diferente, hace tiempo que no me responsabilizaba de mí misma, de cómo estoy cada día… porque si nos prestamos atención, cada día somos alguien distinto… y me estudio: la que tiene triunfos, la fracasada, la maternal, la seductora, la amiga, la solipcista y huraña… la escritora, la cocinera, etc…
Tomada en Nápoles, 2016
Y todos los recuerdos que llueven como si leyera en un libro de vapor… Me permito elegir los recuerdos y reír, llorar, cantar y gritar, bromear con ellos y evitarlos… también repetirlos.
Que hermoso es congeniar conmigo, no porque siempre esté de acuerdo, pero me comprendo mejor cuando me miro en un espejo tranquilo… cuando vivo en cada instante y sin interrupciones mi propio yo.
Sé que me amo, por eso me mimo, no necesito mendigar amor. Me acepto, me cuido, me escucho, me respeto, me tomo mis tiempos…
Y ¿que pasará cuando esté acompañada...?  seguiré conectada conmigo y, además, podré conectar con quien estará a mi lado, será un ventanear a dúo.
Mi intimidad, en soledad, se hace sagrada y se prepara para estar con otros. Es que se necesita, de vez en cuando, cerrar las ventanas echar llave a las puertas y tener un diálogo con uno mismo… y era tan fuerte esa necesidad que hasta se cortó el internet… no hubo ni ventana electrónica por varias horas. Es maravilloso como responde el Universo… por la tarde, con la vuelta del internet llegó un aluvión de mensajes, todos buenos, de esos que, como dicen ahora: te dan un subidón.
También lo acepté, con silencio, con amor incondicional… sin miedo a perder nada porque cuando el Universo te provee, cuando eres autosuficiente, no hay necesidad alguna y el miedo desaparece… todo mi espacio me pertenece… entiendo mis límites y tengo todo lo que necesito.

Gracias ventana de Italia, gracias ventana de mi soledad.

viernes, 25 de marzo de 2016

Ventana chiflada

Te veo asomándote a mi ventana chiflada y te asombra verme aquí… me has descubierto.
Si, hoy llega por mi ventana la ironía de un viernes santo en Italia, sin huevo de chocolate, ni misa, ni pescado… ¿la vida me pone en situaciones locas o son las que busco porque son las que mejor me van?
Y aquí estoy… en una casa enorme, yo sola, resfriada, sin energía física, pero con fantasía suficiente para hacerte saltar por esta ventana demente, traerte aquí y sentarte a mi lado…
Bebamos un té o un café, cerveza o vino italiano, tomémonos la mano, mientras aquel jazz suelta su… Unforgettable in any way… Vamos, luzcamos nuestros sombreros y bailemos en silencio… que nadie oiga nuestros disparates.

Vuela por la ventana imaginaria y pensemos que la ilusión todo lo puede… hagamos equilibrio en la tela de araña del jardín, brinquemos en el trampolín hasta alcanzar una nube de azúcar…
Ven, acompáñame en esta loca jornada donde el delirio es dueño y señor, liberémonos de ataduras y trabas que nos controlan, suelta el miedo a que nos vean… aquí somos invisibles.
Te invito, y no a pasar por el espejo de Alicia donde todos dicen lo que hacer y hay enormes relojes, no… aquí no existe el tiempo y somos espejismo para los demás, es una invitación insana a franquear mi ventana utópica y ser libre: montaremos bicicletas voladoras rumbo a la luna de papel, pintaremos el arcoíris con más colores, haremos estrellas azules para verlas durante el día.
Traspón la ventana excéntrica de mi imaginación, hazla tuya y sintamos el amor sin límites la dicha infinita… no hace falta nada… solamente soñar despiertas y nuestro atrevimiento.

Te doy mi mano ¡salta! Mi ventana más chiflada está abierta.

martes, 22 de marzo de 2016

Disimilitud en ventanas napolitanas

Las vi al pasar y me llamaron la atención y, con esto, no digo que me gustaron. Es que me sorprendieron por estar tan juntas y ser tan diferentes. En el mismo edificio, aunque no sé si la vivienda pertenece a una misma familia, me pone delante una pequeña reflexión basada en elucubraciones arbitrarias.
Si, que mi imaginación se disparó. ¿para qué complicar lo obvio?
Allí están y allí estarán hasta que el tiempo lo diga: ventanas disímiles.
¿Por qué colocar esas rejas tan diferentes? Suponiendo que pertenecen a la misma familia… tal vez colocaron una y, más tarde, al querer poner la otra no encontraron el mismo modelo. Si son de familias diferentes, quizás compitieron en quien ponía la más bonita. O tienen distinto criterio.
Tomada en Nápoles, 2016
Y ¿Cómo se llevan entre ellas? Por fuerza tienen que verse, relacionarse, sentirse a diario… ¿se mirarán con recelo, comparándose? O ¿es que las ventanas de Nápoles, ciudad de reyes, son orgullosas y no les interesa qué se diga de ellas?
Seguí paseando por calles napolitanas y no encontré tal disimilitud en ninguna otra ventana. ¿Sería mi imaginación? No, estaban en la fotografía que tomé al pasar. Volví a mirarlas una y otra vez.
No vi ningún crimen ni delito en que el arquitecto decidiera tal desemejanza… sólo necesitaba dilucidar esta incógnita y, dado que mi imaginación solo enredaba la realidad acudí a mi insulsa sensatez.  

Es una pena que mi pensamiento lógico derrumbara mis cavilaciones, mi fantasía alborotada, trayendo una solución analíticamente razonable: al estar tan cerca y en ángulo de 90 grados, no entran dos rejas abultadas o bien necesitan que, una de ellas, se abra por seguridad. Fin de mi novelería “ventanuzca” … una simple solución práctica y aburrida.

sábado, 5 de marzo de 2016

Ventana de nieve

foto propia
Hoy miro por mi ventana llena de nieve, blanca y fría. Pienso que mis años de invierno están por llegar. No me afligen mucho excepto por algunos dolores nuevos, todo lo demás está como nuevo, pero de segunda mano… debo cuidarlo con algo más de esmero.
Me siento en mi escritorio, uno como el que deseaba de joven, pero nunca tuve tiempo de pararme a hacerlo… después de todo, digo: ser viejo tiene esa ventaja, el tiempo… nos quedará menos, pero lo aprovechamos más. Podría decir que los dolores son una cuestión en contra… solo si olvidamos los dolores de las caídas en patines, bicis, luego los de la consabida adolescencia (por algo se llama así) los de la regla, de parto, de cansancio de trabajar… no, los dolores de hoy son los únicos que puedo atender sin culparme ni sentir que estoy haciendo algo que no debiera... me puedo ocupar de mí, por fin.
No sé por qué he pensado en mis anhelos juveniles… no sé si los he cumplido todos, mas los que no hice ya los olvidé, otro beneficio de mi tercera edad. También he dejado de pensar en cómo deberían ser las cosas, la gente… me he acostumbrado a mirar desde un punto de vista muy diferente… ‘las cosas son como son para disfrutarlas, no para cambiarlas’

Antes si, quería ser perfecta y que todo lo fuera…
A esta edad pienso: querer ser “correctos” es creer en la existencia de lo “errado” y darle valor, fuerza; al mismo tiempo, es matar la pasión. Es frustrarse antes de comenzar. No es natural querer ser perfectos… todos iguales, uniformados... Acaso ¿hay días iguales en el cielo…? Ayer había un bello sol y hasta calorcito y hoy nieve…
La naturaleza no piensa en la perfección, no pregunta cómo debe hacer algo… simplemente es, sin comparar… sin juzgar-se.
Por eso la única elección posible es hacer lo que nos nace de la intuición. Lo menos perspicaz es pensar como seres inteligentes. La mente que compara, sopesa, hace juicios y valora lo material, es lo que nos provoca miedo, inseguridad, nos lleva a la incoherencia y al vacío existencial.
Imagino a una oruga que se opone a ser crisálida, que piensa que eso no es lo “normal” o lo “perfecto” que no sabe lo que vendrá, que teme al próximo paso… que quiere salvarse de lo que sucederá… Y me parece haber pasado por ello muchas veces… ¿no te ha ocurrido pensar que ´aquello´ que, suponías, hubiera podido ser lo peor que te podría haber pasado, fue lo mejor y lo que te ha impulsado a volar?
¿Es que no es obvia la coherencia perfecta del cosmos? Todo está en orden, todo es como debe ser… acaso ¿podemos controlar la salida del sol? ¿algún humano le ha puesto semáforos a los Planetas para que no choquen entre sí? Todo funciona porque no intervenimos…  
Lo que está escrito en los libros de texto, no es lo que debe ser o pasar, los escribieron manos como las mías. Tomo de ellos lo que me resuena.
Además, mi vida es solo mía y pertenece, en todo caso, al UNO colectivo, y nada de lo que me sucede es incorrecto, pertenezco a la Perfección cósmica, no hay más que aceptarlo.

La nieve me debe haber llevado a un plano de profundidad inesperada… mientras, tu voz me llega como una calma blanca y mis nietas se disponen a fabricar un fuerte de nieve… ¿hay algo más importante en este momento?