jueves, 23 de noviembre de 2017

Ventana de gratitud

En mi ventana cuelga, como decoración, el agradecimiento inmenso y alegre de haber vivido y por vivido quiero decir que he sentido, amado, pensado, conocido, perdido, ganado, aprendido, olvidado, escrito, leído, viajado, abrazado, consentido, prohibido y tantas cosas más…
Imagen de la red

Es una ventana luminosa, con una energía naranja-dorada que revitaliza el día y la ilusión. Hoy la mano de mis ancestros y mis herederos se unen para agradecer un camino interminable de nuestras historias individuales y la familiar.

El bañarnos en gracia y dar gracias aliviana nuestro corazón y, aunque no nombre a cada destinatario, reciben la intención vibrante de mi sentimiento, el brío de mi emoción al reconocer cada lágrima, cada sonrisa inspirada por quienes fueron actores en mi drama personal.


Desde ésta, mi ventana iluminada, cuelgan abrazos para los que deseen recibir mi gratitud más sentida.

Mónica Ivulich
DR2017Fr.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

Un globo rojo asomado a mi ventana


Desde que era muy pequeña, cuando vi la película EL GLOBO ROJO, tuve claro varias cosas, a saber: las relaciones valederas están basadas en la fidelidad. Muchos globos no reemplazan al globo preferido. La maldad es inspirada por la envidia que sienten los mediocres, entre sus causas principales. La solidaridad eleva (no sólo a los globos sino a uno mismo)

Hoy un globo rojo se asomó en mi ventana y quise compartirlo con ustedes.

Mónica Ivulich
DR2017Fr  

martes, 14 de noviembre de 2017

Regresan las musas por la ventana

Cada vez que llego de viaje debo reacomodarme. Primero mis músculos, mis huesos… luego poner orden a mi cuarto, mi ropa, lo que he traído para mis nietas, etc. Sigue mi escritorio, mis citas médicas o las que tenga, mis reuniones sociales, mi readaptación al horario de la familia y, por entremedio, mi faceta literaria.
Imagen de la red

No sé cómo lo hacía hace 15 años atrás, llegaba de un viaje y me iba a trabajar a las pocas horas, con maleta desarmada y todo en su lugar. Si, el tiempo pasa rápido y yo me he ralentizado.

Recién ahora comienzo a pensar con alegría de escribir y no con pesadez. Me ha ayudado que me regalaran una ventana, como diciéndome “Oye, no te olvides de ventanear.” 

Para mejor, una ventana con libros, bella, con ‘ambiance’… me apoyé -imaginariamente- en esa ventana y la inspiración llegó. ¡Gracias Ceci!


Por esta ventana están llegando las musas. ¡Hasta pronto!