sábado, 31 de diciembre de 2016

VENTANA ESPECIAL


Foto de Ceci Rodríguez
Para que me entiendan debo comentar lo que me estaba ocurriendo desde hace un tiempo atrás.

Una de mis mejores amigas de Buenos Aires dejó su cuerpo en diciembre del año pasado. Por esta razón la he estado recordando y sintiendo saudades especiales desde hace semanas (¿Por qué al cumplirse el año de desaparición nos duele más que en meses anteriores? No sé, pero, me ha pasado en muchas ocasiones).

El caso es que -además- cumpliría años el 4 de enero. Entonces mi cuerpo reacciona a esta seguidilla de festejos, todos con un vino que ella apreciaba y cuyas iniciales son: S.F. (no haré propaganda) y champagne o cava (el bodeguero de la esquina -gallego- lo traía cada año, el mismo que mi amiga de Barna me invitara el año pasado).

Foto de Ceci Rodríguez
Por lo tanto, estas fechas tienen un regusto especial (en cuanto a alcohol se refiere).

La anécdota llega junto a una ventana, la que Ceci me envía desde Bs As… sin que ella sospechara lo que gatilló hoy -fin de año- con esta foto de la ventana que vio en Mendoza y capturó pensando en mí…
Foto de Ceci Rodríguez


No sólo es una hermosa ventana de un museo del vino maravilloso, sino que es del dueño de la bodega que fabricaba y envasaba ese vino especial en una época especial compartido con una persona muy especial en mi vida.

De hecho ¡despedí mi ciudad bebiendo ese vino!
Ay Ceci, que acierto el tuyo… cuanta sensibilidad! sinceramente, creo que mi amiga me envía un mensaje a través de tu cámara y tu intención. No tienes idea lo bien que me ha hecho tu gesto y tu ventana, cuánto te lo agradezco.
¡Brindo por la amistad y por las ventanas que nos unen!
Foto de Ceci Rodríguez
Me dijo Ceci: allí nació la costumbre de comer doce uvas

lunes, 26 de diciembre de 2016

Entre mi ventana y yo

Es pequeña mi ventana, un rectángulo esperando vestirse de cortina. 
de la red

Y, así chica como es, me lleva a un poquito del mundo cambiante fuera de la habitación, un mundo de nubes y mariposas, de grises o dorados, humo de chimeneas, flores y espigas…

En primavera, cuando abra mi pequeña ventana, entrará el aroma de menta, lavanda y romero; las enredaderas darán color y fragancia a mis sentidos; los pájaros trinarán para mi deleite y mi gata, sentada en el alfeizar de mi ventana, lamerá sus patas tibias de sol.

Me gusta estrenar ventanas, ilusionarme con lo que me traen del barrio nuevo, con las flores y colgantes con las que adornaré su contorno, en esa forma de amor mutuo entre mi ventana y yo.

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Mudando ventanas

Me estiro en el sillón y veo las ventanas contra el techo, esas que son imposibles de limpiar si no llega un profesional…

de la red
Las nenas caminan varias veces del baño al dormitorio, como soldaditos que, en vez de bayonetas, empuñan cepillos de dientes. Saben que haciéndolo determinado número de veces suman los minutos necesarios de cepillado. En la nueva casa han de variar el itinerario. 

En esta casa se han convertido en niñas responsables, casi jovencitas, y creo que sus paredes las extrañarán cuando nos vayamos.

El patio echará de menos sus carreras y sus cantitos, las fiestas infantiles con niños de la escuela, las cenas familiares, los alumnos de inglés de mi hija, la llegada de amigos, de familia…

Estas ventanas ya no nos mirarán llegar y, seguramente, tendrán otro color, otra luz que no será nuestra. Mudaremos casa y ventanas.

Las casas, como las vestimentas, adquiere forma y ritmo de quien las habitan… a esta vivienda no le será fácil desapegarse de nuestra energía y a nosotros nos llevará un tiempo adaptarnos al nuevo envase de nuestro diario vivir.


Por mi parte he de agradecerle los momentos que viví en ella, las páginas de los libros que me permitió escribir, las risas, los llantos, el amor en todos sus matices, duelos de diferentes calibres, las flores, los atardeceres, los pájaros, sin olvidar la luna en mi ventana…
de la red


                                   Mónica Ivulich (DR2016Fr)