miércoles, 7 de diciembre de 2016

Mudando ventanas

Me estiro en el sillón y veo las ventanas contra el techo, esas que son imposibles de limpiar si no llega un profesional…

de la red
Las nenas caminan varias veces del baño al dormitorio, como soldaditos que, en vez de bayonetas, empuñan cepillos de dientes. Saben que haciéndolo determinado número de veces suman los minutos necesarios de cepillado. En la nueva casa han de variar el itinerario. 

En esta casa se han convertido en niñas responsables, casi jovencitas, y creo que sus paredes las extrañarán cuando nos vayamos.

El patio echará de menos sus carreras y sus cantitos, las fiestas infantiles con niños de la escuela, las cenas familiares, los alumnos de inglés de mi hija, la llegada de amigos, de familia…

Estas ventanas ya no nos mirarán llegar y, seguramente, tendrán otro color, otra luz que no será nuestra. Mudaremos casa y ventanas.

Las casas, como las vestimentas, adquiere forma y ritmo de quien las habitan… a esta vivienda no le será fácil desapegarse de nuestra energía y a nosotros nos llevará un tiempo adaptarnos al nuevo envase de nuestro diario vivir.


Por mi parte he de agradecerle los momentos que viví en ella, las páginas de los libros que me permitió escribir, las risas, los llantos, el amor en todos sus matices, duelos de diferentes calibres, las flores, los atardeceres, los pájaros, sin olvidar la luna en mi ventana…
de la red


                                   Mónica Ivulich (DR2016Fr)

2 comentarios:

  1. Hermoso!!estuve alli, se de las energias del calorcito de esa casa! En la proxima estaran presentes tambien..ni dudes

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    1. No lo dudo amiga querida, gracias por tu presencia muy querida

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