lunes, 28 de noviembre de 2016

Nuestra imagen en la ventana

A veces miramos de frente una ventana y nos sentimos algo tristes, otras no…
Es que, a veces, las ventanas se vuelven espejos, otras espejismos…
imagen de la red

Y da que pensar cuando “esa” ventana nos devuelve la imagen propia, sea fiel o distorsionada, es una figura que nos retrata o donde proyectamos nuestra impresión de nosotros mismos…

Cómo vemos a la ventana en cuestión, es cómo nos vemos.

Pintamos, adornamos y arreglamos esa ventana, pero nunca estamos conformes… o tal vez fue un estado de ánimo pasajero cuando nos vimos más viejos, feos, sin … ¿Qué deberíamos tener para agradarnos?

Ensayemos la sonrisa diaria, ser amables con nosotros mismos, ser generosos y darnos aquel gustito… actuemos como lo hacemos cuando queremos conquistar a alguien… si, hasta escribamos cartas, notas a “Mí mismo-a”, compremos flores para adornar nuestro cuarto… nuestra ventana… nada es poco para agasajarnos.

Y, sobre todo, no nos faltemos el respeto, no digamos epítetos en contra nuestra. Somos lo mejor que podemos ser, tenemos el físico que indica los hijos que tuvimos o no, los seres que perdimos, las experiencias que nos marcaron y nos configuran.

imagen de la red
La próxima vez que miremos de frente a nuestra ventana… veamos cómo llega y se refleja la luz, puesto que lo más importante de esa ventana, y de nosotros, es la luz… nunca (aunque esté nublado) dejemos de brillar…


Después de hacerlo, a no dudar, nuestra ventana y el reflejo sobre ella será mucho más feliz…

No hay comentarios:

Publicar un comentario