Y, así chica como es, me lleva a un
poquito del mundo cambiante fuera de la habitación, un mundo de nubes y
mariposas, de grises o dorados, humo de chimeneas, flores y espigas…
En primavera, cuando abra mi
pequeña ventana, entrará el aroma de menta, lavanda y romero; las enredaderas
darán color y fragancia a mis sentidos; los pájaros trinarán para mi deleite y
mi gata, sentada en el alfeizar de mi ventana, lamerá sus patas tibias de sol.
Me gusta estrenar ventanas,
ilusionarme con lo que me traen del barrio nuevo, con las flores y colgantes
con las que adornaré su contorno, en esa forma de amor mutuo entre mi ventana y
yo.
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