Qué bueno es ser despertado por los gallos, los pájaros,
los chicos cantando... disfruto ese momento estirándome lentamente, como me
enseñó mi gata... y agradezco otro día, ese que, ahora, terminará pronto.
Entonces...voy por mi té verde, mi tostada, mi fruta y,
luego, cosecho los poemas que mis amigas/os siembran en mi muro, los mensajes y
los comentarios cariñosos, las ventanas que me regalan desde NY, Ecuador,
España, México, etc... y me siento en mi mundo, me creo rica.
A veces, en esta vida casi de retiro que llevo, hay algo
más...
Estábamos reordenando la cocina con mi hija y ella sacó
una canasta de un armario y allí, en la obscuridad y el encierro había una
bolsa de red con papas... estuvo allí por ¡tres meses! y las papas estaban
brotadas... unos tallos largos desvaídos en su color pero firmes,
entremezclándose y emergiendo por entre la red. Tienen unos brotecitos blancos
aquí y allá, como uñas... y, en algunos, se han empezado a armar como
tubérculos deformes.
Nos miramos las dos, ¿qué hacer? No pudimos deshacernos
de esos esperpentos vegetales... con mucha delicadeza empecé a cortar las redes
y luego buscamos una maceta grande donde poner las papas, casi secas por fuera,
pero dando vida por dentro.
Agregamos tierra nueva, agua, y la pusimos donde no le
diera demasiado sol.
Las denominamos "Las sobrevivientes". Por un
momento recordamos los presos en campos de concentración cuando llegaron los
aliados... ¡agua, aire, luz! Habíamos sido los carceleros y ahora los
salvadores. Jugar no tiene límites ni edades…
Entre las redes que las habían apresado, los tallos
rosados, como brazos, se estiraban su búsqueda por un espacio de luz y
alimento... mientas crecían se hicieron fuertes. A veces, las circunstancias
nos dan lecciones!
Cada un@ toma la versión que le gusta.
¡BUENAS NOCHES! gente linda...
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