Anochece en mi ventana... está fresco... pero imagino
acodarme en el rellano de aquel... balcón y esperar...
Esperar tiene esa contrapartida de una despedida, una
ausencia anterior y un ahora que llegará.
Transcurrió un día hermoso con mis nietos en Paris y en
un pedacito argentino, el consulado.
Pasear y comer, lo dicho, de profesión: turista.
Al llegar corregir un texto y subirlo a mi blog fue una
forma de terminar el día con algo más.
Pero entonces mi amiguita me cuenta que tiene su libro en
la librería... un hijito que ya camina sin su mamá... ¡que alegría!
Es que a mi vida se le acabó la capacidad de penurias...
¡Que tengan una noche muy pacifica preparatoria de un día
feliz!
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