domingo, 28 de julio de 2013

Ventanas azules


 Hoy la misión posible de cocinar le tocó a Zarah, la peque de 5 recién llegados. Sus manitas tan chiquitas y regordetas, cortando vegetales y diciendo: - “es muy duro...” (It’s too hard)

 Me miraba de reojo pidiendo ayuda o preguntaba: “¿para qué es esto?

 Corte un ají en rebanadas y le pedí que batiera huevos, me dijo que sabía cascarlos y abrirlos, que en la escuela le enseñaron. ¡Glup!

Cuando puse las rodajas de ají en la sartén y –dentro de los círculos de ají- los huevos... sus ojazos azules se abrieron de tal manera que parecían Astros iluminando la cocina.

 Los trozos de verdura sirvieron para un plato multicolor que alegraba la mesa y ella, peque regordeta, muy orgullosa explicando cómo hacia cada cosa. Y recibió su aplauso como las otras, claro.

A mi ventana llegan problemas de amigas (que están lejos), de salud, de dinero, de amor, de... tantas cosas... Escucho, opino lo menos que puedo, pregunto si tiene sentido  hago un comentario breve.

Al caer la noche tejo un enrejado con mis buenos deseos, con bendiciones y el amor que les profeso incondicionalmente... esperando las cubra como un manto protector, que les de energía liberadora… sabiendo que no soy omnipotente, intento donar mi granito de arena. El Universo hará el resto, yo me desapego de cualquier resultado pues ninguno está en mis manos, después que hago el esfuerzo necesario en el sentido que sea.


Es tiempo de resumir el día y proponerse uno mejor para el que viene. Vamos a ver como da: mi nieto está con fiebre, quizás se haya contagiado varicela... pero si lo hizo, es varicela francesa... o sea con pedigrí. Pues ¡a mimarlo y darle lo que necesite!

 Les dejo mis deseos de descanso y de ¡MUY BUENAS NOCHES!!

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