Fue muy bueno abrir la ventana a la brisa de primavera y a la alegría, entró una ráfaga fresca y amorosa trayéndome... (como si fuera una botella arrojada al mar cibernético) el mensaje de una vieja amiga, de esas entrañables, con las que una descubrió la adolescencia y sus misterios, con las que se tuvo escapadas que otras no se animaban... anécdotas inolvidables! y luego la vida, quien sabe como ni porque... n...os separamos! Ella me encontró hoy y estamos alegres, hablando como si nos hubiéramos visto ayer, que felicidad tiene el reencuentro de una amistad sincera. Voy a soñar con viejos tiempos y con mi amiga viejinueva. Abro la ventana para que llegue la brisa del sur con las estrellas y el otoño de donde ella está... (Gracias Silvia por volver)
La ventana nos comunica al mundo exterior, pero también refleja nuestro interior, nos puede dejar ver, oler, percibir el exterior sin exponernos a él o podemos asomarnos y participar. Desde una ventana pueden salir y entrar muchas cosas, ideas, sentimientos, puedo contar mi vida diaria, lo que aprendo, decido y más... Puede ser cibernética, una TV, una claraboya, de tren, buses, aviones, artísticas, rústicas... todas comunican. Ventanea ¡anímate! (Muchas fotos se tomaron de la web)
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