viernes, 19 de julio de 2013

Una ventana para mi hijo


Me dormí como a las 3 am, mi hijo demandó mi atención y no pude evitarlo… a veces lo veo, cabello muy corto… grandote, llegando a sus 40, padre amoroso y responsable de cuatro hijos, dos carreras y… aun un nene… lo recuerdo con su flequillo largo, delgadito, casi frágil y, creciendo, fue haciéndose compañero, buena persona… quien lo ve lo ama. No necesito decirlo: estoy orgullosa de él.

Y el de mí. Ayer vimos publicado un artículo sobre mi organización en Viena y se alegro conmigo.

Mis hijos son mi meta cumplida, mis nietos: el premio a mi esfuerzo.

Uds., mis lectores amigos, son el sol diario en mi ventana de amistad.

 Abrazo y ¡seguimos ventaneando!

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