En
mi ventana hay un libro... no es un libro impreso aun, ni siquiera terminado...
lo estoy re-escribiendo.
Se
me ha dado por recolectar lo que tenía en mi baúl... es un pequeño baúl con
ángeles que me regalara mi hijo y donde guardo papeles que atesoro.
Es
muy divertido recordar lo que escribimos hace décadas, editar con alguna
madurez adquirida, que no es mucha... y darnos cuenta que para algo sirvió la
juventud, 'perdida' o no.
Hay
escritos desde 196... Cuando tuve que aprender a escribir a máquina para
ganarme la vida mientras estudiaba y pagaba mi parte de un departamento de
universitarias. Para practicar escribía mis propias fantasías.
Ahora estarán en una recopilación incoherente
junto con otros más actuales, hasta presentes y se publicaría el año próximo.
Creo
que es bueno juntar nuestros trozos antes de irnos de este Planeta. Y, si
volvemos a él, tal vez nos leeremos... quiero decir que podremos leer lo que
escribimos con otro cuerpo y nombre… o no.
El
caso es que en esto me ocupo y casi voy terminando. Mi amiga María me regaló la
ilustración para la portada, bella persona.
Mi
hija me está ayudando con el diseño y la maqueta, falta alguien que lo prologue
y: ¡al horno!
Les
comparto mis pasos porque sé que me envían buena vibra, tan necesaria en medio
de un esfuerzo, de un proyecto a cumplir, de un sueño a realizarse. Porque
cuando plasmamos una ilusión los que nos realizamos nosotros...
¿Qué
mejor, entonces, que hacerlo compartiendo?
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