Hoy
nos despertamos con alegría extra. Temprano para ser sábado pero había una
razón justificada... alguien, más importante que Santa Claus, Papa Noel o como
lo llamen llegaba a casa y las tres nenas se pondrían sus mejores galas para
recibirlo.... también los adultos estaríamos algo ansiosos y con cosquillitas
en el estómago.
Partimos
hacia el aeropuerto con algo de sueño pero felices, las niñas en especial,
estaban muy quietas… hasta que llegara... sonriente, altísimo, feliz, tranquilo
o cansado después de un viaje sin dormir y con la hora cambiada... ya está
aquí... ya es Navidad para nosotros, Esteban llegó y estamos felices de que la
casa se llena de preguntas de anécdotas que acumulamos en estos dos meses sin
verlo... y cada dos o tres meses se repite la historia... Esteban llega y nos
inunda de esa felicidad que nos hace completos.
No
puedo evitarlo, cada vez que llega se me humedece la vista... ese muchachote
que anuncié desde que mi hija lo tuvo en el vientre, antes que ella lo
sospechara.
Desde
que dejamos NY hace cuatro años se repite esta escena 5 o 6 veces cada año,
pero no me acostumbro. Me emociona.
La
única diferencia es que ya nos pasa en altura a todos... pero sigue el mismo
muchacho tranquilo y sabio. ¡Lo amamos tanto! Este es nuestro regalo de las
Fiestas.
Y
cuando Mónica Castro me regalo esta ventana, sentí que así era nuestra ventana,
esta mañana, con Papa Noel - Esteban llegando hacia sus hermanas Reinas Magas,
las brujitas felices. Gracias tocaya.
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