miércoles, 21 de enero de 2015

Ventana magica



Por mi ventana se desata un vértigo de grises, no hay trino de pájaros ni viento que barra las hojas secas…
La mañana no me ha invitado a escribir y tengo mil pendientes y ninguna voluntad, papeles que me llaman crispando mi desidia.
Este humor de invierno crece en mis paredes como un moho maloliente y renuncio a mis obligaciones menos apremiantes que la  urgencia de sacudirme del tedio.
Mis pinceles me miran, los pomos se menean y me rindo al embrujo de los colores. Imitaré al verano en mi tela.
Pongo sol sobre las fachadas de casas y en los arbustos, hago bailar ventanas y chimeneas…
Sin que me percatara, tengo tres pares de ojos que observan por detrás de mi espalda. Mis nietas están absortas y, en silencio, admiran lo que puede salir de mis pinceles… no es una obra de arte, pero, ante sus ojos de inocencia, me he convertido en Miguel Ángel.
Me hacen sonreír y soñar con un cuarto donde pintemos la esencia de nuestro amor.
Mi pintura, simple y precaria, se acaba de convertir en una ventana mágica… donde  encuentro tu mirada y donde plasmo mi amor.

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