miércoles, 14 de enero de 2015

Ventana con pirulines



Cuando miro por mi ventana de la infancia veo a una nena de trenzas o cola de caballo y una mirada algo triste.
Pero no siempre era triste. Mi infancia está poblada de amigos imaginarios a falta de los que mi madre no admitía en casa ya que su temple no lo soportaba.
En mi infancia no hubo violencia ni abusos, no me faltó alimento ni zapatos, pero las muestras de afecto eran escasas y cambiadas por objetos físicos. Cuando yo no me alegraba con uno de esos regalos, mi madre se frustraba, no sé si porque lo tomaba personal o porque el dinero no sobraba y lo había malgastado. Así es que aprendí a sonreír, por igual, ante todo lo que me daban.
Algo que los adultos no aceptaban de mucho grado era mi desgano por la comida. En casa de mis tíos no comía lo que se me ofrecía y mis tías se entristecían por ello.  Mi madre de desvivía por brindarme dulces, me ponía frente a la vidriera llena de chocolates y yo negaba con la cabeza. Era lo mismo con las confiterías llenas de mazas de todo tipo. Lo único que terminaba comiendo eran unos merengues de dulce de leche porque me divertía ver las caras sucias de ese pegote.
Cuando íbamos al zoológico con mis padres o mis tías paternas, me compraban un pirulín en la entrada. Y eso era algo diferente. Por empezar me llamaba la atención como los promocionaban los
Imagen de la red (agregado de pirulines con photoshop)
vendedores, con cantos o con breves estrofas que rimaban con gracia. Pero sobre todo me atraía el colorido de esos chupetines cónicos. Además estaban en unos cilindros con orificios y reflejaban sus colores cuando un rayo le daba directamente en su centro. Generalmente gastaban una linda sonrisa y tenían una amabilidad natural.
El dulce seguía sin gustarme, pero lo lamía porque su textura iba variando y eso me llamaba la atención. Además miraba las escenas a través de la casi transparencia de su cuerpo y todo cambiaba de color según con el segmento que lo miraba, azul verde rojo amarillo… entre un animal y otro ese era mi entretenimiento, los paisajes cobraban un encanto especial y ‘acaramelado’ y yo recibía un llamado de atención por retrasarme o por correr el riesgo de caerme si seguía cerrando un ojo y mirando con el otro con el pirulí por medio.
No tengo idea de si esos personajes existen aún, pero en época en que la televisión tenía poca o ninguna injerencia en nuestras vidas, los vendedores ambulantes eran héroes de historias sin inventar aun…
Pero, con solo forzar mi mirada y aguzar mi oído, aparecen varios de ellos… y el pirulinero, pirulero, era un mago de fantasía que cambiaba el paisaje de mi infancia y, hoy, enriquece mi ventana.

3 comentarios:

  1. Inmaculada Jiménez Gamero La niñez, ese espacio de nuestras vidas donde el tiempo no existe, y que luego al recordarlo se comprime en sensaciones, sabores, y aromas. Me gusta tu voz cuando narras, y la ventana desde donde miras. Un abrazo de osa.

    Norma Segades Manias Coincido con Inma, Monica Ivulich. Es un placer compartirlo con los lectores de Gaceta Virtual - Revista Literaria

    Ines Vega mi infancia fue sobreprotegida pero los olores, los sabores, la ausencia de la televisión nos abrían las puertas de la imaginación, y es allí desde ese lugar que me identifico con los pirulines. las gallinitas de azúcar, los caramelos oruzu....y ese pequeño universo hoy me trae tu ventana


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  2. Inma J. Ferrero Me ha encantado... me ha traído tantos recuerdos... gracias Mónica un placer leerte

    Ana Lia Antoniano
    Leerte es un placer.gracias,Monica.

    Natassha Sará Fontalvo · Amigo(a) de Guillermo Lozano-sharah
    Una parte de tú infancia coincide con Lo qué fué la mía.
    Mis secretos quedaron guardados en aquella ventana.... Hermosas palabras, saludos desde Zaragoza España.

    Paola Triana Hermoso muy hermoso!!!!

    Jenny Lopez
    Creo q. todos los q. pertenecimos a ciertas Epocas..tenemos algo en comun con nuestras Infancias,,, Coincidencias de la Vida o de una sociedad q. seguia los pasos de sus pasados sin atreverse a romper esa "Tira Umbilical" esa especie de tradicion Erronea,,sin embargo y muy a nuestros pesares ,creo que..comparado con los de Hoy en dia..prefiero aquellos otros..con un poco mas de carinos o afectos..seria lo mejor ,verdad..?

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  3. Ekaterina Macias Pavelieva <3 <3 <3

    Rosa Margarita Ortega Martinez Yo también tengo recuerdos de mi infancia de un vendedor ambulante heroe de mi historia...me acuerdo de un chico que iba vendiendo crispé en un carrtito empujado por el mismo a pie. Desde que entraba a la calle hasta que salia de ella tan solo gritaba la palabra crispe a a todo pulmón como si estuviese cantando una melodia. Allli salia yo cooriendo enseguida a comprarle una. Son una especie de bolass acarameladas de palomitas de maiz envueltas l en papel. Son recuerdos que nunca olvidaré

    Virginia Quiroga ahhh, amiga cuantas saudades querida Monik

    Hugo Asencio Hermoso texto, Monica Ivulich!... Muchas gracias!...

    Mayra Ramos Lindas

    Marcela Fernandez Boschetti Que lindo lo que escribes , te leí e hice un viaje al pasado . Un abrazo .

    Marta Rosa Brignolo Precioso relato. Mónica.
    Sí, todavia existen los piriluneros. En alguna plaza, pero se los ve más en el zoológico! Besos. (Te hablo de Bs As)

    Carmen Venegas Goyzueta Monik Muchas gracias por compartir parte de tu vida. Es fabuloso y algo invaluable. Nuestras infancias se conjugan en aromas, sabores, olores, colores y yo agrego algo que mi amada madre nos regalo a mis hermanos y a mi por igual y es su voz. A mamá le encantaba cantar y nos llenó de bellas canciones infantiles. Acá en México existió un canta-autor, Cri cri el grillito cantor. Sus canciones las conocí a través de mamá. No teníamos televisión, así que las tardes eran cantos y coreografía de canciones. A mi los dulces no me gustaban y a mis hermanos si. Nunca faltaron en casa pues a papá le encantaban junto con la fruta y esa si que me sigue gustando. Y ahora mi hijo es igual que yo y a mis hijas si les gustan los dulces. Hay Monik que recuerdos tan lindos me has traído. Podría seguir contado miles de cosas de esa época tan gloriosa donde la imaginación tenía una importancia primordial por falta de tanta tecnología actual. Simplemente era maravillosa. Mil gracias amiga y gracias a todas por compartir. Un excelente año. Un abrazo.

    Liliana Tavío Aguilar No cabe duda , que es un "dulce" recuerdo de la infancia, pese a que no seas tan amiga de los dulces, jejej

    Virginia Quiroga Siempre poniendo tu cuota de belleza querida amiga!!!!!!!!!!!

    Lazara Nancy Diaz Bellisimo relato Monica Ivulich en la mayoria de los casos ha sido asi.

    Zoraya Rodriguez del Toral ¡¡Hermosisimo Moni!! Recibe un fuerte abrazo y el agradecimiento que siento por ti al hacernos participes de tu infancia, de tus alegrías, de tus sentimientos y del conocimiento que con cuan valor, sabor y sagacidad enfrentaste la vida. Recibo más allá de tus palabras, el sentimiento con que las haz escrito. ¡¡Recibe un fuerte abrazo!! ¡¡Te quiero mucho Monica!!

    Mirta Bertolyotti como me agradaria poder plasmar en palabras recuerdos de la infancia!!. Hermoso relato!

    Paula Deborah Herrera: Querida me encantan este tipo de relatos tuyos, que lo más importante no es lo que cuentas, sino como lo cuentas Un abrazo desde mi rancho que te espera ojalá este año Te quiero Mony

    Ceci Rodriguez Como siempre el placer de mirar por tus ventanas nos alimenta el alma !!

    Estela Gamboa Que agradable es leerte. Gracias Mónica!

    Miriam Miki Gonzalez Hace tres días prometí llegar a comentar. No lo logré. Hoy estoy aquí. Este relato me supo tan esperado y sabroso, tan dulce y colorido como ese pirulñín que tu yo pequeña esperaba con ansias. Entiendo, entonces, los retazos de ternura que se cuelan, tantas veces, en tus ventanas. Becho fete mi Monica. Miki.

    Lola Wizner genial!!! siempre existirán...

    Jorge Vinitzky Genial! GENIAL!!!!!

    Adela Alzamendi · MUY BUENA , COMO LECTORA ES ALGO CONMOVEDOR Y MUY BIEN REDACTADO GRACIAS

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