martes, 24 de junio de 2014

De ventanas quebradas



A veces, las ventanas se rompen, sin que uno caiga en cuenta…
A veces las miradas cambian, sin que uno entienda la razón… o sin querer entender lo que vale el amor puesto en tu propia mirada…
Es que las ventanas actúan de ‘motus’ propio y, a penas, muestran lo que quieren o pueden, sobre todo si están rotas, empañadas o ¿quién sabe?
Dan tristeza, a veces… y, aun así, una no puede dejarse llevar.  Es que las ventanas tienen su propia vida, también sus propios valores que son respetables, claro, y no siempre iguales a los de una…
Imagen: Sharon Sprung
¿Qué te pone triste cuando miras por esa ventana quebrada? 
No es culpa de la ventana, es tu propia equivocación… deja de mirar por ella. 
La vida es elección, disparatada o no, eso es la vida porque cuando no puedes elegir se acabó todo, despídete y ya.
¡Vamos! alegra esa cara muchacha y báñate en tu lago de nenúfares, refréscate con jazmines y vuelve a ser tú misma, habrá ventanas diferentes donde puedas mirar pasar la vida y olvidar ilusiones sin futuro.
¡Alegra esa cara! Si la ventana se quebró hay repararla o buscar otra, nueva, limpia.

En síntesis: no puedes controlar si las ventanas se quiebran o no. 

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