domingo, 20 de abril de 2014

Maleta en mi ventana




Hacer maletas no siempre es despedirse, ni es desplazarse solo en el espacio… a veces no se necesita ni pasaporte ni billete… hacer maletas puede ser un arribo a tu corazón.

Hacer maletas es una actividad usual en tiempos actuales. Lo increíble es cuando en esa maleta no tiene cabida tu pasado y solo dejas espacio a tu futuro.

Hoy he decidido empaquetar todo lo que me impide avanzar hacia mí misma, hacia el ser que late en mi interior y quiere salir a gritar su existencia.

Tanto hablar de “Libertad’’ y hay partes de nosotros que no hemos liberado.
Así que: a hacer un paquetito con las trabas que quedan y volver a cambiar el personaje. Lo cambie tantas veces, como cuando cambie de país, lengua, gente, costumbres…

No tengo las piernas de antaño, debo caminar lento, pero segura. Mi fachada exterior no es igual tampoco, pero mi interior tiene mucho que dar…  El destino final está aguardando.

En mi ventana hay reflejos de lo aprendido y se perfila la serenidad de plenitud. La abriré con emoción y tino, sin miedo y con templanza. Con el convencimiento de que aún hay muchas sorpresas y que la vida es absolutamente hermosa…

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