lunes, 27 de enero de 2014

Ventana parisien.



Iré este miércoles a París, en 20 min. de tren llego a la Ciudad de las luces, me abrigaré para caminar y llegar a ese edificio donde hay un poquito del país donde nací y haré los trámites obligados.

Cada vez que voy a París me llega una cierta alegría, recuerdo muchos paseos agradables con mi familia y con amigos.

Pero, sobre todo me seduce pensar que por allí pasaron tantos personajes…

Un pintor entre otros: Toulouse Lautrec.

Pero sin olvidar a Chagall, Modigliani, Léger, Soutine, Miró, Degas, Matisse, Kandinski, Picaso, el compositor Stravinsky

Una librería con la que soñé 30 años atrás, sin conocerla y que es una leyenda en la ciudad y en el mundo de muchos literatos: Shakespeare & Company, un sueño que no pude olvidar.


Tantos cantantes que me ilusionaron en la juventud: Charles Aznavour, Silvie Vartan (que no es francesa) y, sobretodo: Edith Piaf.

Y los cineastas tan maravillosos, actrices como Catherine Deneuve, hermosísima, y tantas más… actores como Gerard Depardieu

Pero lo mío es recordar escritores, como Hemingway, Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir, Henry Miller, Oscar Wilde, entre otros… pero uno especial para mí: Julio Cortázar.

Tanta cultura con la que crecí y la que admiré, desde pequeña.

Hacer trámites es tedioso, pero hacerlos en una ciudad hacia la que miré desde que tengo uso de razón (si lo tengo), es muy placentero. Casi lo agradezco.



Y abro una ventana palaciega (con sus ruinas y realezas) para entrar en la luz de mi mente como en un canal hacia mi formación estética, ética, filosófica, literaria... que no será la más culta ni elevada, pero es de donde vengo y donde disfruto...



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