A veces, empezar el año implica
cerrar las situaciones y asuntos del año anterior. Hay que poner todo en orden
y recomenzar. Buscar motivos nuevos, formas nuevas a lo pasado, revisar lo
hecho y corregir lo posible. Se necesita cierta calma y para esto se cierran
algunas ventanas. Todo parece, entonces, en paz. En realidad es el tiempo de
gestación y de realización de lo que se venía generando.
Foto que tome en Venecia |
Detrás de esa ventana está
terminándose el libro donde recopilo varios escritos, me han prologado y
presentado el mismo, dos autores que respeto, la tapa es una ilustración de
María Gallego Jiménez que me dono, generosamente, su arte. Se está largando el
nuevo certamen, la nueva administración de la organización, un viaje con tres
amigas de diferentes puntos en el mapa que hemos de converger en Marrakech,
actividades en NY y terminar una novela... material para una entrevista... no
sigo.
La ventana esta en quietud
pero, por dentro, la vida bulle.
Que tengan una semana de lujo y
felicidad... (por lujo entiendo: llena de amor) (La ventana la fotografié en
Venecia para mi blog)
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