jueves, 27 de febrero de 2014

Ventana lluviosa




Amaneció lloviendo, ventoso… esos días que suelen darme tristeza y hasta saudades… pero entró al cuarto mi nieta y dijo: - “Abu, ¿recuerdas que nos prometiste desayuno especial? Porque ya nos levantamos…”
-        ¡Vamos entonces!                                                                                               
Dejé la computadora y me puse a dar órdenes para el desayuno: tú dame harina y tú la fruta y tú el cuenco… mientras yo tomo la freidora, los huevos, azúcar y ¡a por los buñuelos!
En unos minutos una batía la otra cortaba, otra mezclaba, yo hacía café y ponía a freír y ellas ponían la mesa…  los buñuelos de manzana, banana y/o de chocolate estuvieron servidos. No es el desayuno más saludable pero una vez cada tanto…
Entonces decidí hacer mi trabajo… pero uno propone y las nietas disponen: - “Abu, ¡vamos al cine!”
Pues vamos a donde digan, porque el trabajo estará ahí cuando vuelva, pero la infancia se pasa… y ya deje de disfrutar parte de la de mis hijos para trabajar, justificadamente, porque era madre sola y debí alimentarlos, vestirlos, etc. 
Ahora solo debo disfrutar… además…
Estuvimos conversando y decidieron que cuando tenga que pasar a un cuerpo de bebe (otra vida) ellas se harán cargo, Natasha peleó por ser mi madre así que las otras serán tías… y preguntaron algo lógico: “¿Cómo sabremos que eres tú y no otro?”

Entonces Rochelle vino con la solución: - “Si pide vino rose es Oma…”  Las otras siguieron: - “Si pide café es el abuelo (Opa) y si no quiere comer carne es Abu…”
Imagen de la red
Una conclusión divertida y acertada.
No sé si será así ni cuál de las tres será mi madre lo que es seguro es que si me toca una de ellas tendré una madre inteligente.
Y ¡a otra película! Esta vez en uno de los multicines franceses…
Allí no terminó el programa: aprovechando que el sol brillaba a la salida del cine, me pareció un buen día para comprar patines nuevos y patineta para que practiquen y tener una primavera sobre ruedas… nos divertimos muchoooo y nos puso de humor para llegar al mercado y comprar cosas ricas saludables.
Al llegar armaron una pista en el sótano y descargaron energías sobre ruedas mientras cocinábamos la cena: ¡día completo!





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