domingo, 16 de febrero de 2014

Ventana sagrada




Hay ventanas simples, ventanas complicadas, ventanas pobres o ricas, adornadas o descarnadas, antiguas o modernas, nuevas o viejas... también hay ventanas que ocultan lo que en realidad casi nadie quiere ver, y hasta ventanas sagradas, como ésta que Mabel compartió desde Barcelona y que es -por decirlo así- sagrada.

Las ventanas dejan pasar luces o absorben las mismas según de qué lado se miren.

 Pero detrás y por delante de las ventanas hay historias fantásticas. Detrás de los bellos y alegres cristales hay historias múltiples, románticas, ricas en matices, tristes y alegres...

Que bellas están! y cuantos ojos se han fijado en ellas, tantos feligreses y tantos turistas... las ventanas aceptan las miradas, las suplicas de los penitentes, las miradas que acarician, las que envidian y las que desprecian o que valoran.

Ser como una ventana por donde pasan las miradas, la luz o la oscuridad, sin inmutarse es una forma de vivir con dignidad.

Porque realmente es lo que importa. Nadie puede vivir a fondo si no se conserva la dignidad, si no puede sentirse respetable. Claro que están quien dice: “Que hagan lo que quieran con mi honra...” claro que, en el fondo, siempre se defiende la nobleza interior, que la exterior es muy discutible.

Pero estas ventanas son extremadamente bellas aunque hayan recibido todo lo que no lo es. Tiene su mérito, sobretodo el del artista. Son ventanas para iluminar un buen domingo!
Sagrada Familia de Gaudi, tomada por Mabel Escribano

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