lunes, 22 de septiembre de 2014

Ventana interior



Era aquella una ventana particular… ovalada, alta, inalcanzable. Sin visillos ni persianas nunca se abría ni se cerraba… solitaria, altanera, pocos reparaban en ella.
Además era una ventana interna, ventana sin vientos, ventana de luz prestada…
Sin embargo, era tan exclusiva que todo aquel que la viera la recordaría por siempre.
Foto propia, tomada en Marruecos, 2014
Su marco está bordado en mármol blanco y tiene cristales fijos para evitar caídas de curiosos y distraídos, entre otras peculiaridades, se encuentra rodeada de alfombras y bellos tapices, pero ninguno mágico.
Si algo tenía magia era la forma ovalada de aquella ventana que, desde su lugar distante y privilegiado, miraba altiva a los visitantes del lugar.
Aquella ventana me hizo imaginar las historias más increíbles y exóticas… también lo simple y cotidiano, soñé asomarme por ella, ponerle flores, limpiarla, tal vez agregarle una cortina tenue.
La ventana sigue en su lugar, a mí me llevo la vida de un lugar a otro. La ventana oval es casi un enigma y el recuerdo viene a juntarnos, cuando tengo la mente inquieta, para enseñarme la quietud de una ventana interna.

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