martes, 16 de septiembre de 2014

Ultimo plenilunio en mi ventana de verano.



Se va mermando la última luna llena del verano. Mi ventana se oscurece de a poco y la energía estival comienza a menguarse.

Hemos de asumir tonos leonados en nuestro paisaje. Se irán cayendo las hojas que se agitaban al viento regalándonos una melodía de frescura y  delicioso brío.

Los brillos de las flores en sus coloridos ramilletes tendrán ocres y ambarinos, la sinfonía del naranja nos regalará un romántico bouquet de sensaciones…
Imagen de la red

Los aromas cambiarán y se anunciarán las fechas de regalos y de familias reunidas o recordadas.

El dorado otoño, romántico y melancólico, llegará a visitarnos… descolgaremos soleras, guardaremos sombrillas y una caterva de bufandas darán otro color a los paisajes.

La última luna llena del verano nos despide sin remedio y se lleva la tibieza al otro hemisferio, donde su hermano sol la abrazará con fuerza y la hará brillar, como hace un corazón enamorado cuando se entrega.

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