lunes, 7 de julio de 2014

Ventana sevillana de FELICIDAD



Caminábamos por Sevilla hablando de “bueyes perdidos” … cuando una amiga preguntó “¿por qué eres feliz?” y, sin pensar, dije: - “me he tomado el hábito de serlo.” Me miró con un signo de interrogación tan grande como su cara lo permitía.

Mi amiga sabe que doy respuestas a las que no siempre está acostumbrada. Y también se da cuenta de que no me gusta disertar ni dar clases, solo y de vez en cuando, escribo ventanas con estos temas, como ahora…

Hace tiempo ya, una maestra de meditación me dijo: -“Es el mismo esfuerzo hacerte tú misma feliz que hacerte infeliz.”

Sevilla 2014
Mi conclusión fue obvia, ¿por qué iba a esforzarme en ser desgraciada…? Entendí, entonces que la ‘felicidad’ no es algo pasajero, un momento. Lo pasajero es alegría por un acontecimiento, es excitación ante una sorpresa agradable o un logro determinado. Pero, la felicidad se logra cambiando hábitos, tomando decisiones dichosas, superando temores, evitando todo lo que ocasiona molestia, angustia, desesperación… tomando mis propias decisiones, sintiéndome libre, amando sin condiciones. Amándome.

Todo esto llega a hacerse costumbre. ¿Cómo? Ejerciéndolo. No hay que esperar, hay que hacerlo y serlo ahora, al menos, decidirte, en este instante, si: ya… a ser feliz.

Si te muestras feliz, hay un cambio instantáneo en la química de tu cerebro y en las relaciones personales, sociales, laborales, etc. Las ventanas también cambian según la abras o cierres, la pintes o la dejes envejecer, la adornes o no.

Sin duda, ser feliz es una decisión personal… tendrás muchos ‘peros’ y objeciones a esta afirmación, es que tus viejas costumbres se aferran de las racionalizaciones establecidas para no cambiar. Inténtalo, no te fíes ni te apegues a resultados, intenta cambiar tu conciencia y ábrele tu ventana mental a la felicidad. Es hora.

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