En este viaje, que emprendí hace más de
sesenta años, conocí mucha gente y tuve muchas experiencias de varios tipos.
Por supuesto que ‘mucho’ no siempre
significa ‘bueno’. Hubo de todo. O casi.
Mi vehículo se detuvo en lugares alegres,
tristes, atestados de seres en unos y en otros desérticos. La gente habló a
veces bien y otras mal de mi persona.
foto que tomara en La Sagrada Familia, BCN |
Unos agradecieron alguna de mis palabras,
otros la despreciaron.
En ocasiones, tuve miedo, otras fui
valiente. A veces, tuve mucho que agradecer, otras di la ‘media vuelta’ con
cierta tristeza.
Todo lo que he logrado me costó mucho
esfuerzo.
Pero nunca renuncie a mis sueños y por cada
puerta cerrada se abrieron mil ventanas, por eso las amo tanto.
Es que, aun en los peores momentos, he
tenido el privilegio de abrir ventanas y desplegar velas para soñar.
Monica Ivulich (c) DR2015Spain
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