jueves, 1 de octubre de 2015

Ventana para soñar.

En este viaje, que emprendí hace más de sesenta años, conocí mucha gente y tuve muchas experiencias de varios tipos.
Por supuesto que ‘mucho’ no siempre significa ‘bueno’. Hubo de todo. O casi.
Mi vehículo se detuvo en lugares alegres, tristes, atestados de seres en unos y en otros desérticos. La gente habló a veces bien y otras mal de mi persona.
foto que tomara en La Sagrada Familia, BCN
Unos agradecieron alguna de mis palabras, otros la despreciaron.
En ocasiones, tuve miedo, otras fui valiente. A veces, tuve mucho que agradecer, otras di la ‘media vuelta’ con cierta tristeza.
Todo lo que he logrado me costó mucho esfuerzo.
Pero nunca renuncie a mis sueños y por cada puerta cerrada se abrieron mil ventanas, por eso las amo tanto.
Es que, aun en los peores momentos, he tenido el privilegio de abrir ventanas y desplegar velas para soñar.

Monica Ivulich (c) DR2015Spain

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