sábado, 3 de junio de 2017

VENTANA AROMÁTICA

No he logrado gran cosa en la vida. No soy dueña de un imperio, ni tengo una fortuna almacenada… ni auto del año, ni auto siquiera porque no me gusta conducir…
Imagen de la red

Sólo he acumulado recuerdos de viajes, regalos, etc… como para que mis nietas llamen a mi cuarto “el museo”, al punto que cada lunes vienen a que les cuente una anécdota asociada a un objeto, uno de esos que instalo en los estantes, en el cajón de litografía o cuelga de mi pared… Les contaré de dónde viene (con lo cual sabrán más de geografía aplicada y vivida) y lo que significa. Espero que, de esa manera, deje de ser una colección sin sentido, una simple manía de vieja y pase a ser una divertida manía de Abu.

También he acumulado años, lo cual tiene algún mérito.

He acumulado ventanas por donde he visto pasar mi vida y la de los demás. La mayoría de estas ventanas no fue planeada. Sólo la que tengo hoy fue parte de un sueño. Si, la abro y aspiro… menta, lavanda, romero, lirios, tomillo… según como esté el aire y de dónde venga se huele uno más que otro o llegan mezclados despertando mis sentidos. Así lo pensé cuando nos mudamos y quedó fijado mi dormitorio.


No sé si será mi última ventana, ni si es la mejor, pero la trato con mucho mimo y dedicación, como para agradecer a todas las ventanas que me ayudaron a tener una visión personal de mi mundo. 

Es mi ventana aromática.

No hay comentarios:

Publicar un comentario