lunes, 26 de mayo de 2014

Historia de una ventana.



Había una ventana tan cerrada, herméticamente cerrada, que nadie intentaba abrir. Estaba cerrada desde dentro y por afuera.
La luz llegaba a ella y ella la reflejaba. Pero también había luz dentro que nunca salía excepto para aquellos que podían acceder desde el interior, que no eran muchos.
Pero la ventana cerrada estaba cómoda, nadie que le dijera ábrete ni ciérrate, ningún insecto salía o entraba de ella. De vez en cuando, alguien la limpiaba y esa caricia amiga le hacía sentirse bien.
Algunas ventanas próximas le preguntaban cómo podía vivir así, si seguiría igual siempre, si tenía algún sentido su vida ahí, sola, sin
Foto tomada en Marrakesh, modificada por Chesca. 2014
que nadie mirara a través de ella, nadie que se asomara, sin dejar pasar la luz… era una ventana o ¿qué era?
Así que se alegró cuando le pusieron plantas, ya tenía una función y una responsabilidad… exhibir esas macetas cargadas de flores era una misión muy agradable. Pasaron años sin que nada alterara su alegría de tener ese lugar en el mundo con tanta belleza en su reja…
Un día en que los astros bailaban en el firmamento… ella se sintió diferente. Y por la noche hubo una fuerza extraña desde su interior… se convulsionó todo su ser sin entender que pasaba…
Las macetas fueron removidas temporalmente, la pintura se partió y descascaró, la reja cambió de aspecto y se dividió en dos y, finalmente, con gran temblor la ventana se abrió.
Por un tiempo estuvo confundida, su vida calmada había variado totalmente… ahora debía dejar que se viera el interior desde afuera y permitir que la luz del son la penetrara… las cortinas le hacían cosquillas, los cristales tenían reflejos que no conocía, tantas sensaciones nuevas la excitaban y embrollaban. Pero, por alguna razón inentendible, se sentía feliz.
Las otras ventanas reaccionaron en forma variada: “Ahora sabrá lo que es bueno.” “Por fin es una ventana de verdad.” “No tiene experiencia, será un desastre…” “Se le ve muy bien, le sienta el cambio.” Y toda clase de comentarios que ventana ex-cerrada no quería escuchar, porque bastante tenía con aceptar los cambios y digerir su nueva felicidad.
Un día, la persiana y la cortina se pusieron a conversar y fue tan armónico el diálogo que la ventana entendió que el destino le había regalado este nuevo estado y, que su anterior situación de ‘cerrada’ le permitía disfrutar de cada detalle aunque fuera todo nuevo para ella.
La ventana ex-cerrada es ahora una ventana llena de luz por dentro y por fuera. Se entiende muy bien con persianas y cortinas, con rejas y macetas, con insectos que no deja pasar y con pájaros que no deja manchar sus dinteles. Es ahora ventana nueva, aunque sea vieja. Es ventana feliz aunque haya pasado mucho tiempo sufriendo desprecios y adversidades. Entiende que su cambio es definitivo y que aceptar este cambio trae belleza a su vida. Si, ahora es una ventana completa.

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