viernes, 15 de septiembre de 2017

Ventana al futuro

   
Hace mucho que no escribo sobre mí, sobre mis ventanas… es que hay momentos en que la vida te cuadra de otra forma. Son cambios sutiles, mínimos, a los que una tiene que acomodarse, todo da un giro posicionándonos en otra etapa…
en "Las Negras" España

Es que también mis viajes me marcan lapsos en los que me desconcentro, salgo de cualquier rutina, olvido en que estaba trabajando o programando… y mientras el cuerpo no se queje demasiado, seguimos…

Uno de los cambios es que esos viajes van a tener otro ritmo, otras metas... por varias razones, una de ellas es la actividad laboral de mis hijos. Un motivo muy válido.

 Otra razón es que cada vez hay menos países que me interesan, a la vez, no puedo caminar como antes y no haré desplazamientos que me obliguen a esforzar mi físico.

Además, tengo dos libros completos para publicar, sin editar, voy a trabajar en ellos.
México

Y necesito volver a mí misma, me extraño. Quiero reconocerme, ahora que he dejado atrás varias cosas en mi vida, que sé lo que no voy a hacer, ni ser, nunca más.

Por mi ventana de futuro me veo con una mochila muy liviana, también muy llena de amor, de comprensión, respeto, dulzura… de belleza, música, de viento en la cara, despreocupación… cosas que no pesan, sino que elevan…

En mi futuro inmediato hay encuentros, encuentros de corazón a corazón, con gente que vibra en la misma onda… que honra la amistad, que crea y cree, con quienes tengo una relación profunda, una comunión de almas, proyectos comunes, ideales y valores compartidos…

Y la vida me regala momentos… como los de ayer, cuando fui con mi hija a dejar a la menor a gimnasia, las mellizas a matemáticas, luego a una reunión en la escuela de las niñas y de allí a buscarlas otra vez… parece tonto o aburrido, si no le agregamos el paisaje… había llovido en la mañana y luego salió un sol deslumbrante que hacía brillar los árboles con un marrón y verde fantástico, el pasto y las flores parecían de seda… la zona por donde circulábamos es de muchos árboles y casas con grandes terrenos.

Italia
Al principio las nenas contaban sus aventuras escolares, reían con esa felicidad que contagia… se bajaron y el silencio en medio del paisaje casi mágico puso su cuota de armonía. 

En la escuela nos enteramos que las mellizas tendrán clases de yoga, meditación, autoestima… incluido en el programa (por fin, me dije, algo empieza a cambiar).

Ellas, y mis otros nietos, son parte de mi futuro, entran a un mundo difícil, con más conciencia y mucha más preparación para la vida de la que yo tuve.

Hace un tiempo tuve la visión de algunos cambios y ya están aquí, el futuro se hace presente en mi ventana y me saluda con satisfacción. Es un futuro cargado de fantasmas del pasado, fantasmas maestros, que me llenaron de vivencias valiosas, fantasmas incorporados a mi personalidad y que no traban mi andar. Al contrario. 

Venecia

Ahora descansaré de mi ventana de futuro… la noche del hoy me llama a compartir una mesa con gente que habla español en Francia, brindaré por nuestro mañana, sí: el tuyo y el mío, porque me estás leyendo, tratando de comprenderme y, en algún recoveco del destino, nos abrazaremos con el alma.

1 comentario:

  1. Contengo el aliento para decirte que me encanta esta ventana, queridísima Mónica. Que me veo reflejada en varias de las oraciones que aquí dejas escritas. Que admiro tu valor para decirlo en voz alta dando así naturalidad a lo que, a veces, pudieran llamarnos anticuados por pensarlo. Destacaría aquí varios párrafos, pero me limitaré a 'tu ventana de futuro', con tu mochila liviana y la carga abstracta con la llenas. Solo espero poder abrazar y compartir charla y café cuando vuelvas por Barcelona que, estoy convencida, algún día vendrás aunque estés limitando los viajes.

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