martes, 21 de junio de 2016

Ventanas en Garmish (con fotos propias)


Tomada en junio 2016
Hace tiempo que no volvía a estas ventanas y hacerlo ha sido un renovado placer. Más aun, volver con mis nietos mayores a los que veo muy de vez en vez, aunque les sigo de cerca gracias a sus padres y a ellos ahora que crecieron.
La primera oportunidad en que vine fue con ellos mismos, Demian y Trinity, hace diez años. Hoy juntos por este fin de semana, para luego cada uno a su destino, conformamos una familia peculiar e internacional, unida por el afecto y separada por las circunstancias. El amor es nuestro invitado permanente en estas reuniones.
Me encanta ver la conexión que mi hijo tiene con mis nietos, la ternura, el entendimiento, el respeto mutuo y la felicidad de pasar tiempo juntos. También es reconfortante ver cómo se van adueñando de sus destinos en distintas etapas de su crecimiento, mi hijo en la plenitud de su vida, su hijo mayor comenzando a pisar un destino que el ya ve más claro, la niña empezando a elegir el suyo.
Pero Garmish es especial de por sí, su hotel espléndido enclavado en un paisaje magnífico, el desayuno desbordante, los restaurantes con decoraciones típicas, shows folclóricos y una comida deliciosa, (nunca he podido hacer los espárragos como estos chefs) en aldeas tan pintorescas y artísticas, ah y, por cierto: ¡sus ventanas!
Más allá de su arquitectura, ya clásica en la campiña germánica, en Baviera el estilo tirolés se despliega con todo su encanto. Balconcitos de madera con flores multicolores, torrecillas y decoraciones pictóricas pueden apreciarse por doquier.
Claro que me gusta explorar lugares nuevos, sin embargo, es bueno volver a entornos donde el buen gusto y la amabilidad es parte de unas vacaciones de placer asegurado.
Vine varias veces a Garmish, con diferentes nietos y en diferentes etapas de mi vida, con sol de verano o con nieve, siempre es un deleite visual que se mezcla con sabores especiales y con el invaluable aroma a familia adherido a sus ventanas.

¡Gracias! Es lo que el corazón late al pensar en estos días por tan bellas ventanas de tres generaciones de Ivulichs y de Garmish…


Mónica Ivulich
DR2016It.
Fotos propias tomadas en Garmish, 2016

      

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