Volver de vacaciones es más difícil que
irse. Así que me tomé un tiempo antes de reiniciar mis escritos. Algunas frases,
preparar y terminar trabajos dejados a medias, descargar fotos y reorganizar mi
cerebro fue todo lo que hice por dos semanas.
Andalucía es una España peculiar. Menos sofisticada
que el norte español, pero más alegre, cordial y hospitalaria. Y allí,
precisamente, fue donde estuve.
La idea de hacer Escapadas viene de años atrás,
primero pensé en que fueran para escritores. Luego quisieron venir amistades
que no escribían pero cantaban o pintaban, etc. Así fue que quedó abierta a
todas las ramas del arte y la cultura, la llamé Escapada Creativa.
Alguien me preguntó si valía la pena
meterme en estos líos. Porque siempre hay problemas cuando se trata de grupos (alguien
se enferma, otro se arrepiente, aquella decide venir a último momento…). Es cierto
que hay contrariedades, que hay sorpresas… pero la vida es así… o te encierras
a ver TV y no vives. Siempre consideraré la vida como una aventura.
Cortijo en Turre, 2015 |
Y allí llegamos: Almería. Debo decir que
sin ser la ciudad más bella que conozco, es una de las que me hace sentir más
cómoda y alegre. Pero no fui la única en sentirse bien. Mis compañeras de viaje
tenían un humor envidiable. Tanto es así que una señora que viajaba en nuestro avión
nos preguntó si siempre reíamos tanto. Y todo el tiempo fue igual, aun después
de separarnos.
Desde Almería Aeropuerto nos fuimos a la
bella y arábica Mojacar. De allí a Turre, al cortijo rural de María que nos
recibió con su acostumbrada calidez y nos alojó en habitaciones coloridas,
frescas y cómodas, hasta nos dio una sala para reuniones donde desarrollar
nuestras actividades.
Cortijo, Turre, 2015 |
A la hora de ponernos a trabajar, no podíamos
concentrarnos. Los cantos, la risa y la carcajada borboteaban por la sala. Pero
si, pudimos hacer algunas poesías y tomar notas para otros escritos.
La excelente comida y atención de María,
Alfonso y Cloe fue otro motivo de felicidad, junto con la paz y la belleza del
lugar.
En mi ventana de la memoria hay mucho
agradecimiento por estos días de Escapada y será un recuerdo de esos que quedan
indelebles en mentes y corazones de quienes lo compartieron.
Noche de San Juan, Aguadulce |
Debo detallar que terminado el finde, pasamos
por Playa Las Negras y, de allí, fuimos a Aguadulce y tuvimos otros días… y
noches, incluida la de San Juan, de maravilla! Ay ventana escurridiza… con sólo
abrirte, mi pecho se enternece y se llena de júbilo.
Es que una ventana a la Escapada no es cosa
de todos los días… ¡ay! si mi ventana hablara…
Me hubiera gustado estar, pero no pudo ser. Ay, el haber podido asomar mi gaita por tu ventana¡
ResponderEliminarCompartir contigo, con vosotras, esas ventanas, fue una huida y un encuentro, una pregunta y una respuesta, un juego muy serio, pura serenidad y algarabía, un hallazgo de emociones que quedaron muy adentro.
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