Estoy regresando de mis vacaciones. Mi cerebro aun vuela por las
diferentes ciudades, por sus colores, sabores, aromas, idiomas, músicas y....
ventanas! Claro.
Estos viajes se llenan de ventanas donde imagino un Romeo, una
madre vigilando a su hijo, una muchacha viendo partir a su amor hacia la
guerra, un padre esperando.... familias viendo pasar aviones... chiquillos
inventado figuras en las nubes...
Los viajes dan experiencias diversas, casi siempre
enriquecedoras, a veces hay algunas menos gratas que otras, pero todas hacen
crecer.
En este viaje aprendí, entre otras cosas, que el corazón también
es una ventana, cuando se abre al amor es inmenso, cuando alberga intolerancia
se achica. Y hablo por mi. Que no siempre la tolerancia esta a pedir de boca y
se me esconde por un rato.
Hay que aprender mucho aun, tolerar mi propia intolerancia y
asumirla. Ay ay.... somos niños de cría cuando el ego cierra nuestra visión y
oscurece nuestra ventana. A sanar, auto - sanar se ha dicho.
Volviendo estoy.... déjenme ventilar el corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario