martes, 24 de marzo de 2015

VENTANA SENCILLA

Foto de la red


A veces mis ventanas no son artísticas, ni famosas, ni están en grandes ciudades…
A veces mis ventanas delatan un sentimiento ambiguo de cuando debiera estar haciendo lo que no hago o de estar sintiendo lo que no debo.
A veces mis ventanas parecen viejas desdentadas que escupen al rezar cada noche.
Son ventanas desvencijadas, pueblerinas, pobres.
Mas cuando miro bien, esas ventanas tienen una vida riquísima, un sentimiento tan bello y noble que reflejan la pureza de un pasar por el mundo, simple,  delicado, con un corazón abierto, bien plantando y un pensamiento muy claro.
Todas las ventanas son dignas e irradian lo maravilloso de vivir a pleno, de poder mirar el sol poniente o el levante con la frente alta y la sonrisa en el pecho.
Entonces revalorizo la belleza de esas humildes ventanas que me enseñan a valorar lo sencillo y a regodearme con los colores del cielo y la sonrisa de los seres tiernos que me rodean.

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