A veces... sucede que una busca
cosas imposibles, o que parecen imposibles, y la quimera la busca a una. A
veces.
Entonces alguien me preguntó: - y
¿por qué debe volar la tortuga? ¿Sólo así sabrás que estás enamorada de la
persona correcta?
-
Es
solo un juego- contesté.
Dentro de mí, sé que este juego
es peligroso, que camino por una arista dolorosa y placentera a la vez. El
equilibrio es indispensable, no hay donde sostenerse, allí la noche es día y el
día penumbra.
Solo el humor nos salva por
momentos y somete a una realidad que nos inventan cada día.
Y mi tortuga estará allí,
esperando que su propia tormenta amaine, que los hackers de su vida le devuelvan
las alas, que el sol que le robaron llegue por correo especial, o que pase una
mónica voladora y le dé permiso para volar...
Ese será otro juego.
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