A veces, las ventanas se rompen,
sin que uno caiga en cuenta…
A veces las miradas cambian, sin
que uno entienda la razón… o sin querer entender lo que vale el amor puesto en
tu propia mirada…
Es que las ventanas actúan de ‘motus’
propio y, a penas, muestran lo que quieren o pueden, sobre todo si están rotas,
empañadas o ¿quién sabe?
Dan tristeza, a veces… y, aun
así, una no puede dejarse llevar. Es que
las ventanas tienen su propia vida, también sus propios valores que son
respetables, claro, y no siempre iguales a los de una…
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Imagen: Sharon Sprung |
¿Qué te pone triste cuando miras por
esa ventana quebrada?
No es culpa de la ventana, es tu propia equivocación… deja de mirar por ella.
La vida es elección, disparatada o no, eso es la vida porque cuando no puedes elegir se acabó todo, despídete y ya.
No es culpa de la ventana, es tu propia equivocación… deja de mirar por ella.
La vida es elección, disparatada o no, eso es la vida porque cuando no puedes elegir se acabó todo, despídete y ya.
¡Vamos! alegra esa cara muchacha
y báñate en tu lago de nenúfares, refréscate con jazmines y vuelve a ser tú
misma, habrá ventanas diferentes donde puedas mirar pasar la vida y olvidar
ilusiones sin futuro.
¡Alegra esa cara! Si la ventana
se quebró hay repararla o buscar otra, nueva, limpia.
En síntesis: no puedes controlar
si las ventanas se quiebran o no.
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