Las ventanas toman forma de quien mira por
ellas… solo es cuestión de comunicarles nuestra intención, sentir, desear y los
pensamientos que llegan a nuestra cabecita. Pensamientos coherentes o locos… el
asunto es ser sincera con nuestra ventana y transmitirle lo mejor posible.
Recordando que ser sincera no es
necesariamente ser franca (http://desdelaventanademonica.blogspot.fr/2014/04/sinceridad-vs-franqueza.html/)
y que los detalles huelgan.
Nuestra ventana llega a ser íntima amiga
cuando se la trata amablemente, nos ve con ojos compasivos y, a veces, nos dice
verdades que necesitamos escuchar, aunque no nos guste…
El caso es que nos ayudan a avanzar, a
liberarnos de viejos conceptos, creencias que nos atan a un pasado cómodo, pues
cada vez que la abro me muestra un cambio, un movimiento continuo… es una corriente
que nos dirige a un futuro desconocido… el vértigo aparece por un instante.
Luego me planteo que todo ya fue hecho,
solo debo insertarme a este fluir y estar en armonía con ello.
Hoy, en este proceso propio, vino Natasha
(8) y me dijo: “voy a bañarme, pero si me necesitas me lo dices ahora.”
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Imagen de la red |
La mire, estaba ya lista para entrar a la
ducha… que fácil es para los niños –en general- estar dispuestos al cambio… es
como que saben que sus actos tienen una importancia secundaria después de la empatía
con el otro, la compasión, el amor, etc… lo que es del alma es más importante…
Mi ideal es recuperar esa conciencia
infantil, esa alegría, esa creatividad en vibración… las aptitudes divinas que
los chiquillos ostentan sin pudor ni limite.
Hoy abro una ventana al amor incondicional
y la fantasía, que me hacen volar hacia ti.
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