El mes pasado fue un
tiempo de ver números y tramites aburridos… por suerte mi hijo Max, en Italia, me ha
ayudado enormemente en todo ese proceso y mi espectro económico está más
claro, si bien igual de flaco.
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| Tomada en Chantilly 2016 |
En cambio, mayo viene
movido en otro aspecto y de la mano de mi hija Nacha, en Francia. Clases de
inglés que comparto para pronunciar mejor y no olvidar lo que sé, clases de
español en que ayudo a despejar dudas, como asistente y clases de francés donde
empiezo a balbucear ese idioma. Desayunos con unas y otras amigas de mi hija,
en diferentes idiomas… Preparación de libro de poema, reseñas de libros, arte
con las nenas, jardinería, escritos, proyectos nuevos, paseos, cumpleaños, bautizos,
confirmaciones, salidas al bosque, a Paris…
Si, mayo viene agitado y,
mientras, voy preparando mi maleta nuevamente…
Es bueno salir, es bueno
poder desplazarse. Más lento que antes y con más moretones en el cuerpo y en el alma pero, con el mismo
entusiasmo, con el mismo amor a la vida …
También es bueno volver y
encontrar que mi ventana me espera, colorida, con flores de estación… amplia,
acogedora, es una ventana casi maternal, es
un breve anticipo de lo que encontraré dentro. Cuando me da la bienvenida me empiezo
a sentir alegre e, inexplicablemente, entiendo que, a pesar de muchos errores
en mi vida, algo hice bien.
...amiga, con tus ventanas haces que se me "atoren" las lagrimas en el pecho!!. Amo tu amistad, amo tus ventanas!!
ResponderEliminar¡Sí guapa!, como te decía hace unos instantes por whatssap. Belleza que traspasa fronteras y que se cuela por el pulso de tu mano cuando escribes...y logras que tu voz melodiosa viaje por palabras para llegar hasta mi. Tus nudillos silenciosos, golpean casi sin quererlo, los cristales que delimitan dos mundos, y un gato llamado Lukas, ansioso por salir a saludar al sol, es el primero que percibe la mínima vibración de tu llamada moviendo sus orejas en varias direcciones. Las ventanas se comunican y siempre es el alma el que acude vestida de lenguaje y lentejuelas.
ResponderEliminarUn abrazo enorme Amanda y a mi ronronearte amigo Lukas también, yo también te quiero mucho!
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