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Tomada en Veneto, 2016 |
Mi ventana tiene flores
nuevas y las avecillas gorgotean a un clima ideal… podemos almorzar en el jardín,
rodeados de florecillas diversas, el verde nos relaja y el sol nos alegra sin
castigarnos.
Tiempo de ensuciarse con
tierra, de pensar en nuevos proyectos, de pintar paredes, días más largos,
amaneceres tempranos donde los trinos comienzan dulcemente.
Y la contrapartida: moscas,
abejas, avispas con su el molesto bzzzzz… lluvias sorpresivas, sonido de
máquinas cortadoras de césped por doquier, cambio de ropa en el armario…
Eso es lo que más me
molesta… porque tengo que probarme todo a ver que me calza bien o no y detesto comprobar
que lo que me compré ya no me gusta o no es mi talla. Este año fue benévolo y no
tuve que descartar nada, igual, el desorden se regó en mi habitación…
Mientras ordenaba y
reacomodaba mi indumentaria en sus cajones, estantes, perchas, noté una
presencia en mi alrededor. Katy, mi gata, se había colado y me miraba desde la cama. Es
algo que le prohíbo dada mi alergia a su largo pelo. Puedo acariciarla, pero,
en la cama, me hace estornudar. En cuanto vio que la miraba con mis brazos en
jarra, salió de la cama y me rodeó las piernas
tratando de congraciarse…
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de la red |
Un trabajo más, pensé, airear
colcha y cambiar sábana, nada del otro mundo después de todo. Y cuando la
primavera llega los trabajos son más livianos, ala Mónica ¡canta y disfruta…
pronto llegarán las mariposas!
También será época de encontrarte con amigas en España, llegarte al mar de Almería y jugar con tu sobrino tan particular... pues: ¡abramos las ventanas!