Los viajes también traen ventanas
que sirven para reflexionar sobre lo vivido, sobre como reaccionamos y por qué,
por ej.:
He comprendido que hay una gran
diferencia -aunque a veces se confunda- entre ser intensa y ser pasional.
Por mi forma de sentir, por lo vivido en la infancia fui muy racional gran parte de mi vida, entonces, me di cuenta que “la razón” fue una manera de protegerme sobre lo que era indescifrable para mi mente infantil. Aún hoy, cuando algo me asalta sorpresivamente afectando la “seguridad” de mi ser, me defiendo discutiendo lo obvio. Me enerva que alguien se empeñe en aseverar lo absurdo, cuando no debiera afectarme.
He de luchar más por no sentirme vulnerable ante lo que me parezca una sin-razón.
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Coimbra, Portugal (Quinta de las lágrimas) |
Y vuelvo a mi primer concepto: soy intensa y, solo a veces, pasional. Ser intensa significa sentir profundamente mas no entregar la inteligencia. La persona pasional pierde la razón y la persona racional pierde la pasión, tal vez el amor.
Que esto se haya hecho claro es
muy importante para entender-me.
He mirado por una ventana particular, aquella donde (Portugal 1326) Don Pedro y doña Inés se encontraban a compartir su eterno amor y que viera como asesinaban a la amada en ausencia de Pedro, el Cruel, quien recibió este nombre años después del homicidio de su pareja y debido a la venganza que ejerció sobre los asesinos.
Allí encontré esos sentimientos y
pude analizarlos a través de mi filtro. A veces las ventanas, nos hablan de
manera particular y profunda.
Mónica Ivulich
DR-2017 (Portugal)
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