Allá a lo lejos,
las sombras se asoman al balcón, ese donde la niña se paseaba para que él la
mirara al dar la medianoche.
![]() |
foto de Inmaculada Gimenes |
Nunca se habían hablado,
no se conocían ni sabían el color de los ojos, pero la niña adivinaba el sonido
de los pasos y llegaba al balcón para verlo saludar, como siempre, con su
sombrero blanco.
Los años han
corrido, y las voces se han acallado. Nadie supo nunca cómo fue que murieron: ella
en el balcón, él unas cuadras más allá.
Nadie supo si
alguna vez se vieron frente a frente, si se hablaron o se besaron a escondidas.
Solo sospechan que, aun, cuando las sombras de la medianoche llegan, ellos están
allí. La niña en el balcón y él saludando, como siempre con su sombrero blanco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario