No he logrado gran cosa en la
vida. No soy dueña de un imperio, ni tengo una fortuna almacenada… ni auto del
año, ni auto siquiera porque no me gusta conducir…
![]() |
Imagen de la red |
Sólo he acumulado recuerdos de
viajes, regalos, etc… como para que mis nietas llamen a mi cuarto “el museo”,
al punto que cada lunes vienen a que les cuente una anécdota asociada a un
objeto, uno de esos que instalo en los estantes, en el cajón de litografía o
cuelga de mi pared… Les contaré de dónde viene (con lo cual sabrán más de geografía
aplicada y vivida) y lo que significa. Espero que, de esa manera, deje de ser
una colección sin sentido, una simple manía de vieja y pase a ser una divertida
manía de Abu.
También he acumulado años, lo
cual tiene algún mérito.
He acumulado ventanas por donde
he visto pasar mi vida y la de los demás. La mayoría de estas ventanas no fue
planeada. Sólo la que tengo hoy fue parte de un sueño. Si, la abro y aspiro…
menta, lavanda, romero, lirios, tomillo… según como esté el aire y de dónde
venga se huele uno más que otro o llegan mezclados despertando mis sentidos. Así
lo pensé cuando nos mudamos y quedó fijado mi dormitorio.
No sé si será mi última ventana, ni
si es la mejor, pero la trato con mucho mimo y dedicación, como para agradecer
a todas las ventanas que me ayudaron a tener una visión personal de mi mundo.
Es
mi ventana aromática.