Abramos las ventanas, no importa la estación
ni la temperatura, pero abrir ventanas a la vida siempre viene bien.
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tomada en Venecia 2015 |
Abramos a ver si entra la buena vibra, si
la luna ‘roja’ aun ronda por allí o se fue con la ‘azul’, que si es blanca también
es buena y si llega el sol mejor aún.
Dejar la ventana en sombras solo da
oscuridad y se extiende la humedad de malos humores y de malos ratos
compartidos o sin ganas de compartir.
Abrir la ventana es despejar el pecho y
recibir el aire para limpiar la mente y la luz para aclarar el pecho.
Abrir las ventanas a la vida… siempre viene
bien.
Monica Ivulich, DR2015Spain