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foto tomada en Chantilly, Fr. 2014 |
Cuando me pregunto quién soy, me miro en
tus ojos y me veo diferente.
Sé que no soy aquella hija rebelde, ni la
estudiante aplicada, ni la maestra de provincia, ni la universitaria en
zapatillas, ni la madre abnegada, ni la abuela orgullosa, ni la esposa feliz o
infeliz, ni la divorciada reincidente…
No soy la que nació en aquel país lejano, ni
la inmigrante que no sabia el idioma o la que lo aprendió, no soy la que escapó
de las mil miserias ni la intelectual, ni la trabajadora incansable, ni la
buscadora de verdades, ni la espiritual en plenitud…
No soy la fundadora de una organización sin
fines de lucro, ni la rehabilitadora de chicos autistas o especiales, no soy la
vegetariana, no soy la escritora feliz, no soy la viajera recalcitrante, no soy
la amante devota, no soy la conferencista ni la periodista, ni la que servía café
tras café en una cafetería de Manhattan, ni la que monta bicicleta con su
nieta, ni la que acaricia a su gata con ternura.
No soy la que pasea por el bosque buscando
el Árbol del Beso Prometido, ni soy la que, de niña, bailó tap tap en el teatro
o, ya adolescente, cantó la Misa Criolla en TV, no soy la que envolvía camisas
en la tienda de sus tíos, ni la que limpiaba baños en un teatro de NY o vendía
repuestos de cirugía en Bs. As., ni la que enterrara a su hijo, ni la que no
vio morir a su madre lejana, no soy eso…
¿Quién soy? me pregunto y sé que además del
ser espiritual, del alma, soy alguien o algo más. Tus ojos son ventanas abiertas a mi interior y
hablan de las experiencias que atravesé y que quedaron en el aire, de las
huellas que en mi alma se anclaron, de la conciencia que se ha formado en mi
centro y que solo puedo ver mirándote, sabiendo que mi energía puede tocar la
tuya, mucho más allá de mi piel. Que tu amor puede abrazarme mucho más acá que
tus manos.
Tus ojos son las ventanas que interactúan en
una danza apretada con los míos. Allí es donde me encuentro yo misma y se quien
soy.
D.R. 2015 BCN