¡Lo que puedo aprender mirando
una ventana!
Solo observando puedo entender
que esos ‘ojos de las casas’, a través de los que miramos hacia el exterior o
viceversa, pues a veces nos miran pasar, también reflejan lo que hay en su
entorno: albergan objetos de todo tipo, puede haber flores y espinas, son
capaces de mostrar el estío tan colorido como el invierno más crudo y blanco,
tal vez pobreza, descuido o abundancia y decoración elegante.
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Tomada en México, 2010 |
Cuando las observamos, o cuando
miramos a través de ellas, muchas veces tendemos a juzgar lo que vemos. Sin
embargo, basta un ‘error’ en el enfoque y mi cámara me descubre que lo que veo
(lindo o feo, florido o espinoso) es –ante todo- mi reflejo.
Y, si yo no la hubiera mirado,
fotografiado, apreciado y vuelta a mirar, esa ventana no estaría allí, mi
recuerdo se hubiera esfumado y la enseñanza, que hoy re-descubro y entiendo,
también se hubiera perdido. Una cosa es leer conceptos y otra experimentar y
grabar en la conciencia.
Nada existiría sin un espectador.
A veces, una ventana puede ser
maestra también.
París, 2015