Había
una ventana tan cerrada, herméticamente cerrada, que nadie intentaba abrir.
Estaba cerrada desde dentro y por afuera.
La luz
llegaba a ella y ella la reflejaba. Pero también había luz dentro que nunca
salía excepto para aquellos que podían acceder desde el interior, que no eran
muchos.
Pero la
ventana cerrada estaba cómoda, nadie que le dijera ábrete ni ciérrate, ningún
insecto salía o entraba de ella. De vez en cuando, alguien la limpiaba y esa
caricia amiga le hacía sentirse bien.
Algunas
ventanas próximas le preguntaban cómo podía vivir así, si seguiría igual
siempre, si tenía algún sentido su vida ahí, sola, sin
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Foto tomada en Marrakesh, modificada por Chesca. 2014 |
que nadie mirara a través
de ella, nadie que se asomara, sin dejar pasar la luz… era una ventana o ¿qué
era?
Así que
se alegró cuando le pusieron plantas, ya tenía una función y una
responsabilidad… exhibir esas macetas cargadas de flores era una misión muy
agradable. Pasaron años sin que nada alterara su alegría de tener ese lugar en
el mundo con tanta belleza en su reja…
Un día
en que los astros bailaban en el firmamento… ella se sintió diferente. Y por la
noche hubo una fuerza extraña desde su interior… se convulsionó todo su ser sin
entender que pasaba…
Las macetas
fueron removidas temporalmente, la pintura se partió y descascaró, la reja
cambió de aspecto y se dividió en dos y, finalmente, con gran temblor la
ventana se abrió.
Por un
tiempo estuvo confundida, su vida calmada había variado totalmente… ahora debía
dejar que se viera el interior desde afuera y permitir que la luz del son la
penetrara… las cortinas le hacían cosquillas, los cristales tenían reflejos que
no conocía, tantas sensaciones nuevas la excitaban y embrollaban. Pero, por
alguna razón inentendible, se sentía feliz.
Las
otras ventanas reaccionaron en forma variada: “Ahora sabrá lo que es bueno.” “Por
fin es una ventana de verdad.” “No tiene experiencia, será un desastre…” “Se le
ve muy bien, le sienta el cambio.” Y toda clase de comentarios que ventana ex-cerrada
no quería escuchar, porque bastante tenía con aceptar los cambios y digerir su
nueva felicidad.
Un día,
la persiana y la cortina se pusieron a conversar y fue tan armónico el diálogo
que la ventana entendió que el destino le había regalado este nuevo estado y,
que su anterior situación de ‘cerrada’ le permitía disfrutar de cada detalle
aunque fuera todo nuevo para ella.
La
ventana ex-cerrada es ahora una ventana llena de luz por dentro y por fuera. Se
entiende muy bien con persianas y cortinas, con rejas y macetas, con insectos
que no deja pasar y con pájaros que no deja manchar sus dinteles. Es ahora
ventana nueva, aunque sea vieja. Es ventana feliz aunque haya pasado mucho
tiempo sufriendo desprecios y adversidades. Entiende que su cambio es
definitivo y que aceptar este cambio trae belleza a su vida. Si, ahora es una
ventana completa.